Mandón, dominador, protagonista con la pelota, y a la vez muy fiable en defensa. Son las principales señas de identidad del Deportivo de Natxo González, un equipo casi siempre reconocible. No lo fue en Alcorcón, donde encajó su única derrota liguera de la temporada, ni tampoco el pasado fin de semana en Córdoba pese a que estuvo a punto de llevarse los tres puntos. Marcó nada más comenzar pero pronto se echó atrás y no fue capaz de hacerse fuerte con la pelota para tener el partido controlado. Al contrario. Se vio totalmente superado ante el vendaval ofensivo de los andaluces, que si no marcaron mucho antes fue por las grandes paradas de Dani Giménez.

Un portero salvador. Realizó varias intervenciones de verdadero mérito para sostener al equipo en el Nuevo Arcángel. Fue, con diferencia, el mejor de los blanquiazules. Nueva demostración de Dani Giménez para ganar aún más confianza y transmitir seguridad a todo el equipo. El exbético tuvo que realizar siete paradas, por solo una del arquero blanquiverde Carlos Abad.

Desconexión en la medular. El Córdoba se impuso en la zona ancha y logró que el balón estuviera casi todo el tiempo en campo contrario. El rombo del Dépor en la medular no fue capaz de combinar con tanta precisión y fluidez como otras veces pese a los intentos de Carles Gil por bajar a recibir la pelota para dar soluciones. Álex mantuvo el tipo. No así Vicente y Krohn-Dehli, muy grises y sin apenas protagonismo.

El rival, más intenso. El Córdoba recibía al Dépor en una situación límite, como colista y con la imperiosa necesidad de sumar los tres puntos para empezar a remontar el vuelo. El equipo coruñés también tenía un objetivo importantísimo por el que luchar: nada más y nada menos que la posibilidad de acabar la jornada en puestos de ascenso directo por primera vez en la temporada. Sin embargo, los andaluces compitieron con más intensidad y ganaron la mayoría de las disputas y los balones divididos.

Mucho peligro a balón parado. El equipo coruñés defendió las acciones de estrategia como de costumbre esta temporada, con la línea muy hundida. Por lo general le suele dar buen resultado, pero en esta ocasión el Córdoba logró conectar varios remates.

A merced del Córdoba. Solo en el partido de la jornada inaugural, en el Carlos Belmonte, el Dépor había tenido menos posesión de balón que el rival: un 48,6%, frente al 51,4 del Albacete. En los siguientes ocho encuentros el equipo coruñés siempre tuvo más el balón que sus adversarios. La racha se rompió el pasado sábado, ya que el Córdoba se encontró muy pronto con un marcador adverso y logró someter al Deportivo a base de tener mucho más la pelota. Tuvo un 54,7% de posesión, por solo un 45,3 del Deportivo, con diferencia el peor registro en lo que va de temporada.

Vulnerables. El Córdoba fue capaz de rematar 22 veces, ocho de ellas entre los tres palos. Muchas ocasiones concedidas por parte del conjunto coruñés, algo muy poco habitual. El pasado sábado el partido fue un auténtico monólogo ofensivo del equipo andaluz. Lanzó doce saques de esquina, por solo dos del cuadro visitante.

Capacidad de sufrimiento. Del último córner local nació el 1-1, con el Dépor con dos hombres menos por las polémicas expulsiones de Pablo Marí y Borja ValleDépor Pablo Marí Borja Valle. Al equipo coruñés le faltaron muchas cosas en Córdoba, sobre todo fútbol y personalidad, pero supo sufrir en inferioridad numérica para conservar el 0-1 el mayor tiempo posible.