La coletilla de cada temporada y en cualquier equipo se reduce al éxito que cada uno tenga en su feudo; en este caso el del Deportivo pasa sobremanera por Riazor, que será la base para alcanzar el ascenso a Primera División. Ya no solo por lo que pueda influir el llamado factor campo, sino por la ascendencia que la parroquia deportivista tiene sobre los futbolistas locales, esa afición que va "siempre un paso por delante" del conjunto, en palabras de numerosos técnicos y jugadores desde el año 2010. Y Riazor estará dispuesto para recibir el sábado a los suyos ante el Reus (16.00 horas), ya con cada socio en su localidad y el recinto abierto del todo para acoger el quinto partido de la temporada como local. De los cuatro visitantes anteriores, solo el Málaga fue capaz de llevarse un punto, en buena parte por la actuación del árbitro -también contra el líder influyó-, que expulsó a Quique González por rematar de chilena un centro desde una banda. Todos los rivales que llegan al coliseo coruñés están obligados a marcar si pretenden sumar porque aquí los deportivistas siempre anotan.

En casa el Deportivo anotó ocho goles en cuatro partidos, los mismos que marcó a domicilio en seis encuentros. Al amparo de su gente los blanquiazules siempre están acertados ante el marco adversario, y en tres de esos cuatro encuentros los tres puntos se quedaron en Riazor. Solo el Málaga fue capaz de llevarse un punto, de hecho el actual líder fue el único que se adelantó en el marcador ante el equipo de Natxo González en un partido de Liga y en el coliseo coruñés, pero ni así pudo llevarse el triunfo. Carlos Fernández hizo la igualada y después llegó la expulsión de Quique por rematar a puerta con una chilena. Los últimos minutos de los deportivistas fueron en inferioridad ante un adversario replegado y con las uñas de fuera.

Los otros tres rivales que visitaron A Coruña cayeron doblegados ante el acierto de los blanquiazules. El primero fue el Sporting (1-0), aunque aguantó hasta el final y sucumbió tras el acierto de Pablo Marí, que marcó con un perfecto cabezazo; después llegó el Granada que no sabía lo que era perder y se encontró con dos goles por debajo en el marcador. Con el tiempo casi extinguido anotó su gol y puso en aprietos a los locales, que no dejaron escapar el triunfo. Quince días después fue el partido ante el timorato Málaga y a la semana siguiente fue el Elche el que regresó de vacío y con la goleada más importante de lo que va de temporada (4-0). Una victoria holgada para los coruñeses ante el equipo que más inquietó y más propuso de los cuatro que pasaron por aquí en lo que va de competición.

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Trabajo táctico y primeras pruebas en el once para recibir al Reus

En cuatro partidos en casa solo dos equipos fueron capaces de anotar un tanto y fue el Málaga el único que puntuó. Ni el Sporting, que no llegó en ninguna ocasión a la portería de Dani Giménez, ni el Elche, que sí obligó y mucho al portero deportivista, fueron capaces de batir la meta coruñesa. Y con estos antecedentes llega el Reus, un equipo asentado en mitad de la tabla gracias a sus buenos resultados a domicilio, pues de los doce puntos que tiene en su casillero el cuadro tarraconense sumó siete puntos en sus desplazamientos y cinco como local; de hecho su primera victoria en su campo la logró el pasado domingo frente al Rayo Majadahonda, partido en el que el exdeportivista Juan Domínguez marcó el segundo y definitivo gol. Y llegará crecido, aunque también se desplazó eufórico a Almería y Las Palmas y regresó con el mismo marcador en ambos partidos (2-0).

El Deportivo obliga siempre a los contrarios a marcar, quizá por eso solo dejó tres veces su portería a cero. Dos en Riazor, contra el Sporting y el Elche, y una fuera de A Coruña, en Almendralejo contra el Extremadura. Eso que se trata de un equipo que trata de controlar el juego a través de la posesión del balón, aunque con un posicionamiento un tanto atrasado cuando el equipo consigue obtener ventaja en el marcador. En todos los partidos se puso por delante menos en Alcorcón y menos contra el Málaga y en ninguno pudo ganar. Hay un tercer encuentro en el que encajó primero y fue en la Copa contra el Zaragoza, donde también perdió. Con todo, es un conjunto que intimida y hace saber al adversario que para puntuar tendrá que buscar su portería, y en buena medida es por algo que apuntó ayer Dani Giménez en Abegondo: "La gran ventaja respecto a otros es la gran plantilla que tenemos, muy compensada". Una ventaja que incluye una obligación sobre todo cuando juega en casa: "Tenemos que seguir creciendo como equipo", resaltó el portero gallego.