Dos de los capitanes del Oviedo, Toché y Johannesson, llevan el sello azul de Carmelo del Pozo. Al delantero lo fichó en 2015 para el conjunto carbayón y al lateral derecho lo subió ese mismo año desde el filial para debutar en Segunda con el primer equipo a las órdenes de Sergio Egea. De todos los futbolistas que el segoviano firmó durante su etapa como director deportivo del Oviedo, el exdeportivista Toché es el único que continúa en la plantilla. "Carmelo es una persona que entiende mucho de fútbol. Fue un gran fichaje para el Deportivo. Yo creo que lo está haciendo bien y, si le dejan, puede aportar mucho al club", explica el ariete murciano.

Del Pozo llegó al Tartiere en marzo de 2013 como preparador físico y poco después ingresó en el organigrama del club como director deportivo hasta su salida en abril de 2016. Al mes siguiente lo fichó el Levante como secretario técnico, su última etapa profesional previa a su llegada al Deportivo para construir el nuevo proyecto en Segunda.

Toché recuerda "con mucho cariño" su experiencia profesional con Del Pozo. Fue quien se fijó en él cuando el Dépor optó por no seguir contando con sus servicios. El atacante venía de cumplir los objetivos en el año y medio que jugó en Riazor -primero el ascenso y luego la permanencia-, pero en la plaza de Pontevedra decidieron que su etapa en A Coruña había terminado. Quedó libre y Carmelo lo llamó para reforzar al conjunto asturiano, que acababa de subir a Segunda. "Fue el que me trajo a Oviedo. Tengo buena relación con él y ojalá le vaya bien en el Deportivo, por el bien del equipo y también por él", añade Toché.

Casi al mismo tiempo daba el salto desde el filial al primer equipo un jovencísimo Diegui Johannesson. Ya había debutado en Segunda B con el Oviedo, pero Del Pozo y Sergio Egea le dieron el empujón definitivo para estrenarse en la categoría de plata. Las bajas de Nacho López y José Fernández le permitieron asomar la cabeza y el hispano-islandés no desaprovechó la oportunidad. "Carmelo la verdad es que tuvo buen ojo porque es un gran jugador y a nosotros nos está dando mucho", explica Toché sobre su compañero. Era Diegui a secas cuando subió al primer equipo y fue Egea el que le recomendó que cambiara su nombre futbolístico por el sonoro apellido de su padre islandés, Johannesson, que luce desde entonces en su camiseta. "Está haciendo un buen trabajo. Es un chico muy joven y está creciendo. Incluso ha sido internacional con Islandia. El club confía mucho en él", relata Toché.

El murciano se reencontrará mañana en Riazor con Carmelo, con Álex Bergantiños -el único blanquiazul que sigue de su etapa en el Dépor- y también con muchos amigos que dejó en A Coruña, donde la afición le recuerda con cariño por su honradez y entrega. "Yo estaba encantado, muy a gusto. La gente me trató genial. Me fui con ese sabor de sentirme querido y de haber dejado una pequeña huella. Ojalá el sábado vuelva a recibir ese cariño. Me apetece mucho volver y ver a la gente -asegura Toché, en su cuarto año en el Oviedo-. Terminó mi etapa allí y yo creo que cumplí las dos temporadas, primero ascendiendo y luego manteniendo la categoría. Cuando uno se va con el trabajo hecho, a uno no le pueden reprochar nada. Al final de año me esperaba no seguir y pude venir al Oviedo, que fue una gran decisión. Desde que me fui siempre he tenido un cariño especial a A Coruña. Mi niña nació ahí, o sea que siempre voy a estar unido a ella".