El Deportivo llevaba quince jornadas tratando de auparse a los puestos de ascenso directo y, por primera vez en la temporada, lo consiguió gracias a su victoria ante Osasuna (2-0) y a los pinchazos de varios de sus rivales directos. El viernes el Granada perdió en casa frente al Sporting (1-2), el sábado Las Palmas salió goleado de Cádiz (4-1) y ayer el Málaga también cayó en Almendralejo (1-0). Solo el Alcorcón avanzó con paso firme al tumbar al Zaragoza en Santo Domingo (2-0) y se afianza en el liderato con 33 puntos, tres más que el Dépor, segundo con 30.

Un equipo camaleónico. Carlos Fernández resaltó durante la semana la importancia de que el equipo coruñés fuese capaz de adaptarse a lo que la competición requiere en cada momento y situación. Quería un Dépor "camaleónico" y tanto él como sus compañeros lo fueron ante Osasuna, demostrando su superioridad pese a las adversas condiciones del terreno de juego.

Plan B también eficaz. En Riazor el Dépor no solo saca los partidos adelante a base de hacer lo que más le gusta: salir con el balón jugado desde atrás y construir posesiones largas con paciencia para golpear en el momento justo aprovechando la calidad y pegada de sus atacantes. También luce con otros registros. Contra el Oviedo corrió más que nunca a los espacios y ante Osasuna también fue muy vertical, pero de otra forma, con balonazos para superar líneas y a la vez evitar riesgos por el estado impracticable del césped debido a la lluvia.

Sana competencia. El nivel no se resiente pese a los cambios, muchas veces obligados por las lesiones y las sanciones. El Dépor no echó de menos a futbolistas como Borja Valle o Fede Cartabia mientras faltaron. La competencia es tan alta, que Natxo González dejó al berciano fuera para recibir a Osasuna. Un ejemplo de que no solo está muy difícil ser titular. También está caro hacerse con un hueco en la lista. El pasado sábado no pudo competir Álex y por él entró Mosquera para sostener con solvencia el centro del campo. En casi todos los puestos el nivel es muy parejo y esa competencia sana hace crecer al equipo.

Columna vertebral de garantías. Hay individualidades que afloran, desde la portería hasta la delantera. Dani Giménez llegó sin hacer ruido y desde el primer momento ofrece una seguridad bajo palos como hacía tiempo que no se veía en Riazor. En defensa Domingos Duarte y Pablo Marí forman un dúo muy sólido que además tiene una proyección ofensiva importante. Tres tantos lleva el portugués y dos el valenciano. En ataque Cartabia ha regresado para demostrar que es un jugador de categoría superior y los dos puntas, Quique González y Carlos Fernández, se reparten 16 de los 26 tantos que lleva el Dépor, el equipo más realizador de Segunda. Siete celebró el andaluz y nueve el pucelano.

Otra cara a domicilio. La enorme fortaleza del Deportivo en Riazor, donde se está mostrando intratable, contrasta con la imagen gris que suele ofrecer fuera. Solo perdió un partido, el de Alcorcón (1-0), pero únicamente ganó en dos de sus ocho desplazamientos. Es el único pero que se le puede poner al equipo en estas primeras 15 jornadas.