Tino Fernández augura un mercado invernal tranquilo para el Deportivo. En principio, solo habrá altas para cubrir las posibles salidas de futbolistas con poco protagonismo, como Gerard Valentín, Sebastián Dubarbier o Christian Santos. El presidente mostró esta semana públicamente su confianza en el potencial de los jugadores que ya están en nómina. No considera necesario buscar refuerzos en enero, un mes en el que siempre fichó desde que lidera el club. En las últimas cinco ventanas, con Tino en la presidencia, entraron 18 refuerzos, la mitad de las 36 incorporaciones que llegaron a Riazor por estas fechas desde que Hélder, Flavio, Renaldo y Nuno inauguraran en 1997 la larga lista de fichajes invernales del equipo coruñés. En los últimos años el Dépor también adquirió a media campaña los derechos de Saúl García (2015) y Fede Cartabia (2017), ambos actualmente a las órdenes de Natxo González, pero no ingresaron directamente en la disciplina blanquiazul sino que salieron cedidos para luego regresar.

A principios de 2014, recién llegado a la presidencia y con el Dépor en Segunda, Tino sumó cuatro altas más -Lopo, Ifrán, Rabello y Sissoko- a las dos cerradas por Augusto César Lendoiro antes de su salida: Toché y Salomão. Los seis se pusieron a las órdenes de Fernando Vázquez para sumar su granito de arena hacia el ascenso. De nuevo en Primera, el Deportivo volvió a ser muy activo en enero de 2015, con cuatro refuerzos: Borges, Oriol Riera, Hélder Costa y el inédito Borja López. Sufrió para salvarse el equipo coruñés, cuyo panorama se presentaba mucho más esperanzador un año después. Con Víctor Sánchez empezó 2016 sexto, así que apenas hubo novedades. Solo una, la del portero Pletikosa. Su papel fue testimonial, parecido al del también guardameta Roef en 2017. El joven belga llegó en enero junto a Ola John y Kakuta, que tampoco brillaron con la camiseta blanquiazul. El curso pasado el Deportivo volvió a buscar soluciones a mitad de temporada. Cerró cuatro contrataciones -Koval, Muntari, Bóveda y Krohn-Dehli, los dos últimos en la actual plantilla de Segunda- pero ninguno cuajó y el equipo coruñés acabó perdiendo la categoría.

El primero en destacar de los 36 refuerzos invernales del Deportivo fue Flavio Conceiçao. Tres años después de aterrizar en A Coruña junto a Hélder Cristovao, Nuno y Renaldo, conquistó la Liga junto a Lionel Scaloni, otro de los grandes aciertos de enero. El argentino llegó a principios de 1998 con otros tres refuerzos mucho más discretos: Hadji, Manteca Martínez y Abreu. Tras seis inviernos seguidos sin movimientos, el Dépor descongeló el mercado en 2005 con una única contratación, pero de nivel: Fabricio Coloccini. Al año siguiente, en 2006, Joaquín Caparrós reclutó a mitad de temporada a Javier Arizmendi y Paco Gallardo. Dos inviernos después, en la etapa de Miguel Ángel Lotina, Christian Wilhelmsson reanimó a un Dépor cabizbajo para acabar salvándose con holgura en 2008. Era penúltimo cuando llegó el sueco y acabó el campeonato en la novena plaza.

Tres años después, en 2011, el Deportivo perdió la categoría pese a las contrataciones de los delanteros Pepe Sand y Xisco en el mercado invernal, más la del extremo Javito, que no llegó a debutar. En Segunda, con José Luis Oltra, no hizo falta recurrir al mercado a medio camino para regresar a Primera, categoría que el equipo coruñés perdió de inmediato. Sílvio, Assunçao y Kaká llegaron en enero, con el visto bueno de Domingos Paciência, y acabaron a las órdenes de Fernando Vázquez, que rozó el milagro pero no pudo evitar el desastre.