El Deportivo ha preparado todo lo que está en su mano para que en el mes de marzo Riazor presente el mejor aspecto posible en los tres partidos que disputará el equipo en el estadio blanquiazul. El club lanzó una oferta de entradas para los compromisos ante Alcorcón, Las Palmas y Almería y desde prácticamente el pitido final en La Rosaleda ha animado a todos los aficionados a acudir a unos encuentros que se vislumbran como fundamentales para el ascenso. Lo que faltaba, sin embargo, era que los horarios acompañaran.

El del partido ante el Alcorcón ya era poco atractivo, el lunes a las nueve de la noche en pleno Carnaval, pero el del Almería que dio a conocer ayer LaLiga es igual de incómodo para unos aficionados que no ocultaron su descontento.

El Deportivo recibirá a los andaluces el viernes 22 de marzo a las nueve de la noche, lo que ha sido recibido con muchas críticas por parte de los seguidores blanquiazules. La Federación de Peñas emitió un comunicado en el acusó a la LaLiga de querer "vender un producto sin tener en cuenta los derechos de los aficionados". "¿A quién beneficia el fútbol entre semana, en días laborables y a estas horas?", se preguntaban ayer las peñas deportivistas. "Nosotros tenemos claro a quién no beneficia: socios que deberán dejar libre su asiento porque el trabajo no les permite asistir al partido, socios que no viven en A Coruña pero sienten la misma pasión que el resto, niños que se perderán el partido por culpa del horario y a la afición del Alcorcón, que no podrá viajar para este encuentro", respondía en el mismo comunicado.

En señal de protesta, la Federación de Peñas y los Riazor Blues han propuesto que los aficionados entren al partido del lunes cinco minutos después del comienzo. El objetivo de la iniciativa es "rebelarse" contra la "supremacía de los negocios por encima de los intereses de las aficiones".

La propuesta ha sido secundada por las peñas de Girona, Rayo Vallecano, Leganés, Levante, Alcorcón y Lugo y, al igual que en Riazor, en Butarque y el estadio de Vallecas se ha propuesto que los aficionados entren cinco minutos tarde a los partidos. El deseo es que todos estos equipos tengan la misma consideración que los equipos "grandes" cuando se deciden los horarios de los encuentros.