Casi todos las debilidades que expuso ayer el Deportivo en Riazor contra la Unión Deportiva Las Palmas ya las había ido dejando entrever desde comienzos de año en un escenario en el que hasta no hace mucho se mostraba intratable. De aquel conjunto dominador en su estadio apenas quedan las migajas porque sus virtudes se fueron esfumando mucho antes de que se materializara esta terrible racha de cuatro partidos consecutivos sin cantar victoria ante sus aficionados.

Ayer llegó la primera derrota del curso en Riazor para confirmar el mal momento en el que se encuentra sumido el conjunto de Natxo González. Del posible pleno de puntos en el mes de marzo se ha pasado a una crisis que ni siquiera el entrenador trata de ocultar.

Más allá de la discreta racha de resultados que encadena el equipo, el pobre juego desplegado en los partidos más recientes agrava la sensación de desánimo entre la hinchada, contrariada por la dinámica reciente.

La afición, convocada desde el club para estos tres partidos de marzo en Riazor, ha asistido en los dos primeros a la involución del conjunto de Natxo González, incapaz de dominar los encuentros.

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El Dépor cae ante Las Palmas en Riazor

El de ayer ante Las Palmas fue una muestra más de la inercia negativa que atenaza a un equipo que ha perdido sus argumentos. Los arranques y los finales de los encuentros son sintomáticos, siempre a merced del rival en los compromisos más recientes. Ayer volvieron a ser los visitantes los que llevaron la iniciativa en los instantes iniciales. El Deportivo ya no sale con la intención de mandar, inseguro por una propuesta que se ha desdibujado.

Tampoco gobierna en los minutos finales, presa de los nervios como le sucedió ayer. El tanto de Aythami, pero sobre todo la expulsión de Edu Expósito, ejemplificaron esa flojera deportivista justo antes de que se eche el telón.

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El Dépor cae ante Las Palmas en Riazor

Entremedias el Deportivo es la nada. Sin hilo conductor en el centro del campo, ayer con Mosquera, Vicente y Edu no hubo gobierno tampoco, el conjunto de Natxo se ha convertido en un grupo de arrebatos en el que tampoco destaca porque sus solistas ya no están entonados.