Cuatro jornadas, cuatro finales para los dos representantes gallegos en Segunda División, que afrontarán el derbi del próximo fin de semana sin margen de error para no hacer peligrar todavía más sus respectivos objetivos: el play off en el caso del Deportivo y la salvación en el del Lugo. El empate no le vale a ninguno. Solo ganar, lo que carga de dramatismo el duelo del domingo en el Anxo Carro (20.00 horas). Un derbi de urgencias para ambos, que llegan a la recta final de la temporada muy apurados para acabar cumpliendo los objetivos con los que empezaron el campeonato.

El del Dépor se empezó a torcer cuando dejó de ser fiable en Riazor, donde no vence desde el 20 de enero. Opuesta es su tendencia a domicilio, ya que fuera de casa ganó sus últimos dos encuentros, en Soria (1-2) y Zaragoza (0-1). El pasado domingo, frente al Cádiz, tuvo la victoria en la mano durante muchos minutos pero se le escapó en la recta final (1-1). Pese al duro resultado final, el equipo coruñés recuperó parte de la credibilidad perdida por las decepcionantes actuaciones que venía haciendo como local. "Si hubiésemos jugado así los dos partidos anteriores en casa, por decir algo, el bagaje hubiese sido diferente. Ahora es ganar, ganar o ganar y no te puedes ir a gusto ni contento, porque te alejas, pero si en algo fue bueno el partido del domingo es que se ha visto al Dépor que pienso que queremos ver", explicó ayer Eneko Bóveda.

En la buena "vía", según Bóveda

El lateral vasco, uno de los futbolistas más destacados en el duelo frente al conjunto andaluz, cree que el equipo coruñés mostró síntomas de mejoría pese al decepcionante marcador final. "Haciendo lo de ayer [por el domingo], se escapan pocos partidos. La vía es esta. No hay que mejorar muchísimo para ser un buenísimo equipo", argumentó antes del entrenamiento de ayer en Abegondo.

Al Dépor le sigue costando en Riazor pero fuera de casa últimamente está siendo muy fiable. Tanto, que ha sumado casi los mismos puntos como visitante (29) que como local (32). El Lugo, en cambio, flojea bastante a domicilio (15) pero en el Anxo Carro se embolsó 26 puntos, solo seis menos que los que consiguió el Deportivo en Riazor. Después del derbi, el Lugo se enfrentará a tres rivales directos en la parte baja de la tabla. Primero visitará el campo del Extremadura, que todavía no está matemáticamente salvado; después regresará al Anxo Carro para enfrentarse al Tenerife, ahora mismo dos puntos por encima del conjunto lucense, que cerrará el campeonato en Tarragona ante un Nàstic ya virtualmente descendido pese a su sorprendente triunfo del pasado fin de semana contra el Mallorca (2-1). El hándicap del Lugo es que el Rayo Majadahonda, también con 41 puntos, tiene pendientes de sumar los tres puntos de su enfrentamiento de la segunda vuelta ante el Reus. Esa circunstancia condiciona al Lugo por abajo y al Dépor por arriba, ya que el Málaga, rival directo por el p lay off, es otro de los equipos pendientes de embolsarse esos tres puntos contra el Reus.

Los futbolistas de José Luis Martí contarán el domingo con el respaldo de 1.300 seguidores deportivistas en las gradas del Anxo Carro, después de que ayer se agotaran en un solo día las 766 entradas que el club coruñés ofertó para sus socios en las oficinas de Riazor. Esas localidades, sumadas a las gestionadas directamente por la Federación de Peñas del Deportivo, garantizan el desplazamiento de esos 1.300 aficionados blanquiazules al campo lucense.

Krohn-Dehli y Borja Valle, los únicos al margen

Los futbolistas del Deportivo que no jugaron el domingo frente al Cádiz —como Íñigo López y Christian Santos, en la imagen de la izquierda— completaron ayer un intenso entrenamiento sobre el césped de Abegondo. En cambio, los titulares contra el conjunto andaluz hicieron tareas suaves y solo salieron al campo para caminar.

Los únicos que trabajaron al margen fueron el centrocampista Michael Krohn-Dehli, que sigue con su plan de readaptación, y el atacante, Borja Valle, con molestias ocasionadas por la contusión en un calcáneo que sufrió la pasada semana. Todoslos demás, divididos en dos grupos, estuvieron a las órdenes del técnico blanquiazul, José Luis Martí