Otra jornada más, y ya van doce, sin nada que rescatar de este Dépor tan malo, pésimo individual y colectivamente. Solo Dani Giménez sostuvo al equipo con varias paradas de gran mérito en una segunda parte en la que las mejores ocasiones, casi todas, fueron del Málaga. El gallego evitó que los andaluces sentenciaran mucho antes el encuentro. Lo hicieron, curiosamente, al aprovechar el único error del portero. Un fallo grave al pifiar en un despeje de cabeza a consecuencia de la ansiedad, la misma que agarrotó a todos sus compañeros, de nuevo muy por debajo del nivel que se les presupone. El público reaccionó de la mejor manera tras el error de Dani, dedicándole aplausos cuando volvió a entrar en juego.

Con sus paradas evitó otra goleada de este Dépor tan frágil, el más vulnerable de Segunda con 22 tantos en doce jornadas, un dato más propio de un candidato a la permanencia que de un teórico aspirante al ascenso, el objetivo con el que el cuadro coruñés inició la temporada y que ahora mismo, tal y como está el equipo, es una auténtica quimera. Solo dos veces logró mantener su portería imbatida, en la visita a Cádiz y en el duelo en Riazor ante el Almería, saldados con sendos empates sin goles. Todos los demás rivales le marcaron, y casi siempre más de una vez. Tres le hizo el Huesca, el Rayo, el Numancia, el Girona y Las Palmas. El Málaga ayer también tuvo ocasiones para haber hecho tres, como mínimo.

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Deportivo 0 - 2 Málaga

Se hunde el Deportivo en el f arolillo rojo y, lo que es peor, sin dar ningún motivo para la esperanza, frágil en las dos áreas, sin alma ni argumentos. Luis César eligió para recibir al Málaga a los mismos once jugadores que presentó Juan Antonio Anquela frente al Almería en su último encuentro en el banquillo del equipo coruñés. Luis CésarMálaga Juan Antonio Anquela Almería Dos partidos, dos derrotas con el arousano, que tendrá que cambiar piezas, sistema o las dos cosas en busca de resultados diferentes. De momento, es un Dépor peor que con Anquela.