Luis César Sampedro terminó el partido de ayer asumiendo, si no lo había hecho ya, que su llegada al banquillo deportivista no ha servido para corregir la errática marcha del equipo. El técnico definió la situación como "crítica" y esquivó las preguntas sobre su futuro, aunque entienda que su continuidad se ponga en cuestión después de nueve partidos sin una victoria.

"Es una situación delicada, contábamos con hacer otro partido, estamos en una situación crítica, hay que reaccionar ya. Parece que siempre estamos diciendo lo mismo, pero es la realidad, solo queda un camino para delante, no hay más", reflexionó ayer el entrenador deportivista después de la derrota contra el Zaragoza en el estadio de Riazor.

Con el equipo colista y a ocho puntos de la permanencia, la posibilidad de descender a Segunda División B es más real que nunca. Luis César, sin embargo, no cree que la salvación al final de la temporada pueda ser un "milagro". "No sería un milagro, pero hay que darle un vuelco a todo. Milagro no es", insistió. "Estamos en una situación difícil y es verdad que quedan seis meses, pero tenemos que reaccionar", añadió.

En ese contexto de máxima dificultad, el técnico arousano entiende que las miradas se dirijan hacia él por la ausencia de resultados. "Estamos en un mal momento y el entrenador siempre es la diana", reconoció. "Llevo nueve semanas aquí y no soy capaz de arreglarlo, pero lo más importante que aprendí en el fútbol son dos palabras: hacia delante. No queda otra", apuntó sobre su responsabilidad en la situación actual del equipo.

Luis César, no obstante, declaró que se encuentra "con fuerzas" para darle la vuelta a la mala dinámica deportivista.