El Deportivo transitó por la pretemporada rodeado de dudas. Todo eran incógnitas después de un verano agitado en el que hasta bien entrado agosto no se supo en qué categoría militaría el equipo, pero existía la esperanza de que el arranque del campeonato comenzara a despejar el horizonte del conjunto blanquiazul después de una preparación larga de casi dos meses. Lejos de eso, y después de dos jornadas disputadas, el equipo de Fernando Vázquez parece anclado todavía en las semanas previas al inicio de la competición, o incluso en aquellos últimos partidos de la temporada pasada que lo terminaron condenando. La victoria contra el Salamanca y el empate del domingo contra el Compostela no han servido para aportar certezas al equipo y se han multiplicado las dudas a su alrededor.

E Improvisación en el juego. El Deportivo tampoco consiguió el domingo en el estadio Vero Boquete transmitir seguridad. Resulta complicado adivinar qué propone el conjunto de Fernando Vázquez, ausente durante buena parte del partido debido a un problema familiar, que dejó el mismo aroma a improvisación que contra el Salamanca. No consiguió sacudírselo de encima ante un rival recién ascendido que lo incomodó mediante un plan bien trazado y ejecutado. Precisamente la ausencia de un guion común es lo que trasluce del equipo blanquiazul, incapaz de ordenarse como conjunto.

E El barullo en la presión. Si en algo destacó el Deportivo contra el Salamanca, y fue de lo poco que se pudo rescatar como positivo, fue la manera en la que consiguió recuperar el balón tras pérdida gracias a una buena presión. Aquel partido fue de muchas imprecisiones, pero todas las líneas estuvieron atentas en ese aspecto. El domingo en Compostela ya no fue capaz de ajustarla ante un equipo con más facilidad para desplegarse y mover la pelota. El conjunto de Vázquez se empezó así a descomponer hasta alargarse por completo con el paso de los minutos. La distancia entre líneas fue demasiado grande como para que pudiese elaborar jugadas, llegar con claridad al área contraria y fabricar oportunidades.

E Jugadores por arrancar. Al equipo no le ayuda el estado de forma de jugadores llamados a ser claves en el proyecto. Por encima de todos destaca la poca aportación en estos dos primeros partidos de Celso Borges. En pretemporada apuntaba a jefe del doble pivote, pero en el comienzo de la competición ha mutado en un interior que apenas entra en juego. Su ritmo no le favorece en esa posición, pero es que además físicamente está lejos de su mejor versión. No es al único al que le ocurre en este primer tramo de la temporada. Aún se espera a la nómina de jugadores por los que apostó la dirección deportiva confiando en que estuvieran por encima del nivel de la categoría y que sin embargo no acaban de arrancar. Nacho González sigue siendo una incógnita, igual que un Lara cada vez más perdido en el campo.