El entrenador del Deportivo, Rubén de la Barrera, reconoció que las opciones de ascenso se esfumaron tras la derrota en A Malata. “Se ha complicado muchísimo por no decir que esta fue la última bala que teníamos para finalizar entre los tres primeros, esa es la realidad”, recalcó el técnico, que advirtió de la obligación de no bajar los brazos de aquí en adelante pese a la durísima situación clasificatoria y a todos los niveles del Dépor. “Es la realidad pero lo que no podemos hacer es estar en modo off. Como estemos en modo off sí que la cagamos y no terminamos de hacer absolutamente nada”, argumentó De la Barrera.

El coruñés lamentó la desconexión tras encajar el 1-0 justo tras el descanso. “En la primera parte tuvimos opciones de adelantarnos. En la segunda parte queríamos precisamente ampliar lo de la última media hora de la primera y ocurrió lo contrario. Ellos hicieron un gol en una acción mal defendida y luego tuvimos 15 o 20 minutos en los que no estuvimos. Acaba el partido con la sensación de que tuvimos alguna opción, pero durante 20 minutos estuvimos sin jugar”, insistió el preparador del conjunto blanquiazul.

A De la Barrera le costó argumentar por qué el Dépor no estuvo a la altura en una cita tan importante como la de Ferrol. “Explicaciones en días como hoy no hay. Lo único que puedo prometer es dar el máximo y empujar a la plantilla para lo que viene. Tenemos que ganar, tenemos que competir y todo lo que hacemos mal lo tenemos que cambiar. Tenemos que ir a por los resultados, y más ahora”, recomendó. “El discurso tiene que ser afrontar el partido contra el Pontevedra con la opción de ganar, y no mirar al partido contra el Zamora sin antes jugar los dos partidos que tenemos. Es Pontevedra, es reventar, es salir a matar, es jugar matando. Son tres puntos que tienen que caer de nuestro lado. Ahora mismo hablar de objetivo o vender motos no tiene sentido”, añadió tras la derrota en Ferrol.

El coruñés no se arrepiente de haber aceptado el reto de dirigir al Deportivo. “Volvería a hacerlo una y mil veces. Es el club de mi vida. Lo más sencillo era estar tranquilo y esperar pero lo volvería a hacer”, afirmó el técnico, que hizo autocrítica y evitó cargar contra sus jugadores pese a su rendimiento sobre el céspe de A Malata. “No me siento decepcionado. Me siento decepcionado conmigo mismo y decepcionado por no haber ganado. El mundo y la vida no es de color de rosa. Veníamos a por lo máximo y la cosa se ha complicado. No puedo pensar en todo lo que se ha dejado de lograr hasta la fecha. Mi cometido es preparar al equipo lo mejor posible para el próximo partido. Hay que entrenar y pensar en el Pontevedra, con la particularidad de que tenemos esta semana en la que no hay competición. La situación es muy jodida. El que esté preparado, al campo, esa es la realidad”, añadió en su análisis De la Barrera.