Miguel Llorente (Madrid, 1982) aterrizó en el Deportivo Abanca como sustituto de Manu Sánchez después de la sorprendente destitución del técnico coruñés y suya será la responsabilidad de devolver al equipo a la máxima categoría tras el descenso. Se ha encontrado una plantilla construida por su antecesor para la que no ahorra elogios y pregona por encima de todo un estilo de juego atractivo y lúdico.

¿Cómo se decidió a aceptar la propuesta del Dépor así de golpe tras su paso por el Barcelona?

Me defino como un superviviente, desde la humildad, y me gustan los retos, las aventuras, cambiar de situación cada cierto tiempo... Al final en Barcelona ya llevaba 13 años y antes decidí marcharme de Madrid sin nada. Allí encontré mi vida, a mi pareja, y ahora nos apetecía un cambio. Cuando se dio esta oportunidad hay que entender también que este no es un club cualquiera. Cuando me lo ofrecieron, solo con escuchar el nombre y por la trayectoria del equipo femenino en los últimos años con Manu (Sánchez), que siempre me pareció un fútbol diferente y muy atractivo, no dudé.

¿Qué es lo que más le atrae de este proyecto?

Me atrae porque considero que me llaman por ser quién soy y por lo que he hecho. Muchas veces en otros clubes te fichan por de dónde vienes o de oídas. Aquí, cuando tuve los primeros contactos, recibí un interés real por mí, por lo que había hecho hasta ahora y por mi manera de entender el juego y el fútbol. Llegar a un sitio donde te dan rienda suelta y libertad para proponer y convencer de una manera diferente de ver el juego para mí es un orgullo y un reto. Estoy seguro de que lo vamos a conseguir. Ya lo he conseguido antes, y no porque yo sea muy bueno y las jugadoras también, sino porque es una manera de jugar que se basa en la lógica y en las propias raíces del juego.

¿Se adapta la plantilla a esas ideas que pretende implantar?

Es que creo que hay una creencia en el mundo del fútbol por la que no se sabe muy bien quién se amolda a quién: si las jugadoras al entrenador o al revés. Creo que la manera de juego que se propone es natural. Todo el mundo quiere tener el balón, una forma de jugar que sea no tenerlo ya va contra la naturaleza de las jugadoras. Es muy fácil que se acoplen porque a todo el mundo le gusta jugar así. Otra cosa es que por infraestructura del club, por exigencias... no lo puedas hacer del todo. Pero yo siempre he sido un defensor de esta manera de jugar. Es muy fácil que se acoplen y se adapten porque es lo que han hecho siempre y por eso juegan al fútbol.

Tendrá que adaptarse a una plantilla ya confeccionada...

Me han dejado un trabajo muy bueno. A Pablo (Pereiro) no lo he llegado a conocer y a Manu tampoco, pero lo he seguido. Han fichado en función de su idea y son muy buenos fichajes. Es un equipo físico; yo vengo del Barça y allí quizá no es tan importante, pero en Reto Iberdrola nos puede venir muy bien. Además es un equipo con calidad, estoy seguro que ellos a la hora de fichar a estas jugadoras han pensado en ese tándem. Jugadoras fuertes, potentes y rápidas, pero que si se tienen que asociar saben hacerlo.

Destaca la juventud de buena parte de las futbolistas...

Como todo en la vida, depende de con qué se compare. El año pasado en el Barça B yo tenía una media de 17 años, por lo que para mí este es un equipo mayor. No sé cuál es la media, pero es joven dependiendo de con qué lo compares. En Reto Iberdrola sí que es verdad que hay jugadoras veteranas y equipos hechos y conjuntados de otros años, pero el año pasado hicimos muy buen papel con jugadoras de 17 años. Creo que es una ventaja que sean jóvenes, pero no tanto como la gente se puede pensar. Es la edad exacta para participar en la categoría.

¿Qué se ha encontrado en el vestuario ante este reto y atendiendo también a la competencia que habrá en el campeonato por la remodelación que se hará y el total de equipos que descenderán?

Esto es un reto y es verdad que descenderán muchos equipos, pero eso hace que tu energía sea diferente. Me he encontrado un equipo con muchas ganas, con mucha ilusión, deseoso de escuchar cosas nuevas y de ascender.

Su perfil a lo largo de su trayectoria es también la de un formador, ¿le tocará también ese papel aquí?

Para mí es clave, pero todo sale del juego. Uno va evolucionando y al final me he dado cuenta de que la mejor dinámica grupal que puede haber es entrenar. La cohesión se da desde los entrenamientos y creo que hay que entrenar desde una manera muy libre, sin automatismos, porque eso aburre y no se disfruta.

¿Cómo le gustaría que fuera su equipo?

Creo que es primordial no olvidar por qué te dedicas a jugar. Aunque el resultado es importantísimo, cómo lo consigas creo que es la clave para enganchar. Convencer es lo principal tanto para las jugadoras como para la gente que venga a vernos. Tiene que ser un fútbol que transmita, que atraiga, que enganche y que te lleve a las raíces del juego.

¿Le motiva mantener el grado de implicación y apoyo que había por parte de la afición hacia el equipo?

Por supuesto. El fútbol es por y para las jugadoras y los aficionados. Al final el objetivo del entrenador tiene que ser convertirse en prescindible. Si yo consiguiera sentarme en el banquillo y no decir absolutamente nada sería la persona más feliz del mundo porque significaría que ellas han comprendido lo que quiero. El aficionado que venga a verlas lo iba a disfrutar. Un club en el que hay esa conexión y esa unión es un aliciente más para dar el sí y venir con todas las ganas del mundo.

Le tocará sustituir a alguien de la casa, muy deportivista y muy querido. ¿Le provoca algún temor o respeto eso?

Temores tengo pocos, pero porque creo que esto es cosa de cuatro días. Hoy estamos aquí y mañana no se sabe. Si tengo miedo o temor, no voy a disfrutar la experiencia. Manu hizo las cosas muy bien, pero entiendo que ahora se ha cambiado de rumbo. Me supone un reto mayúsculo, pero lo vivo desde la ilusión y las ganas, no desde el temor.

¿Qué sello le gustaría dejar a usted en este nuevo proyecto?

Siento que me repito, pero lo veo muy claro: una manera de jugar reconocible y reconocida donde todo el mundo se sienta partícipe e identificado, y obviamente ganando. Creo que la manera más fácil de ganar es la que yo ofrezco, sino ofrecería otra y pegar cuatro balones aéreos. Lo que propongo es porque creo que es lo que más nos acerca a ganar. Si pensara que hay otra manera, creo que sería estúpido solo por el ideal arriesgar los resultados.

No esquiva que la meta final es el ascenso...

Por lógica queremos volver a donde creemos que debemos estar. Esto es como estar jugando, perder el balón y querer recuperarlo lo antes posible. Esto es igual y estás deseando empezar para jugar, asimilar los conceptos y que lleguen los resultados.

¿Falta algo en la plantilla?

Creo que no hace falta tocar mucho más. Posiblemente no esté del todo cerrada, pero salvo algo muy raro hay una plantilla totalmente equilibrada a nivel de cualidades, posiciones y edades.