Dani Aranzubia (Logroño, 1979) no olvida las cinco campañas que defendió la portería del Deportivo, desde 2008 hasta 2013, unos años intensos en los que vivió de todo en Riazor, incluidos dos descensos y un ascenso. Por primera vez desde su salida, el domingo regresará al estadio coruñés como visitante dentro del cuerpo técnico del Athletic B, cuyos guardametas entrena por tercera temporada: “Cuando vimos que en esta nueva categoría había la posibilidad de enfrentarnos en el mismo grupo, estaba un poco pendiente incluso de la fecha, de cuándo iba a ser este partido. Va a ser especial volver a Riazor no con otra camiseta, porque no voy a jugar, pero sí con otro equipo”.

Llegan en puestos de descenso y tras ocho jornadas sin ganar. ¿Eso les hace aún más peligrosos?

Estamos en una situación mala pero muchas veces en esos momentos en los que lo ves mucho más complicado es cuando eres capaz de darle la vuelta, conseguir un resultado positivo y, a partir de ahí, enlazar victorias y salir de ahí abajo. Somos conscientes de la dificultad del partido. El Dépor ha arrancado muy bien. Es uno de los favoritos claros a acabar líder. Siendo conscientes de esa dificultad, nosotros trataremos con nuestras armas de sacar un resultado positivo que nos pueda devolver a una dinámica más positiva.

Los filiales suelen ser capaces de lo mejor y de lo peor.

Sí. Somos equipos más imprevisibles. Tenemos algunas carencias en cuanto a veteranía y a saber manejar los partidos, pero por otro lado son jugadores con mucho talento. Si aciertan en ese partido y se dan las cosas de cara, son capaces de ganar a cualquiera. Esperemos que se den esas circunstancias en este caso y podamos sorprender al Dépor.

¿Por qué está el Athletic B en esta situación?

No lo sé. Los años anteriores habíamos estado líderes o colíderes en una categoría un poco inferior, la antigua Segunda B. Este año la Primera RFEF es una categoría nueva donde creo que la media ha subido. No nos hemos enfrentado a ningún equipo malo, ni mucho menos. Todas las plantillas tienen jugadores experimentados y quizá no hemos estado a la altura, por lo que sea. Todavía queda mucha liga, a los chavales muchas veces les cuesta coger el tranquillo a la competición y esperemos que lo cojan cuanto antes para salir de ahí abajo.

¿Cómo es el estilo del técnico, Imanol de la Sota?

Sus equipos tienen mucha intensidad y le gusta apretar muy arriba. No nos están acompañando los resultados pero seguimos insistiendo en esa intensidad y en ser uno de esos equipos atrevidos que arriesgan y que juegan sin mirar demasiado para atrás.

Al margen de aquel subidón del gol en Almería, ¿con qué momento se queda de su etapa en Riazor?

No me quedaría solo con un momento. Fueron cinco años y el recuerdo en general de esos años es magnífico. El recuerdo de la ciudad y del cariño que sentí todos esos años es muy especial y eso nunca se olvida. Estoy encantado de poder volver y verlos a todos ahí en Riazor.

El pasado domingo 1.150 deportivistas estuvieron en Majadahonda. ¿Qué le parece esa fidelidad de la afición tanto en casa como fuera?

Es sorprendente. Recuerdo en su día llegar al Dépor pocos años después de ser el Superdépor que jugaba semifinales de Champions. Quizá en ese momento la afición estaba un poco desilusionada, con el equipo peleando en mitad de la tabla. Pero el segundo año mío ahí, cuando empezamos a tener problemas, ahí fue cuando la gente se reenganchó y a día de hoy sigue siendo fiel al Deportivo más allá de la categoría en la que esté. Me alegro de que esa afición se mantenga y que conserve la ilusión de poder ver al Dépor lo más arriba posible.

Clave en este gran arranque está siendo Ian Mackay. ¿Llegó a coincidir con él en el Dépor?

Cuando llegué él ya se había ido. Llegué a estar con él en Abegondo alguna vez, porque también tenía mucha relación con José Sambade [el entonces preparador de porteros del Deportivo]. Me alegro mucho por él. Después de tener que salir de joven de A Coruña, ha estado dando vueltas por muchos equipos haciéndolo muy bien y me alegro de que haya vuelto al Dépor y de que las cosas marchen bien. Ojalá tenga la oportunidad de ascender con el equipo de su tierra.