La Opinión de A Coruña

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Pulso en todo lo alto por Raúl Sánchez

El extremo quiere jugar en A Coruña, pero el Ibiza le solicita al club blanquiazul 100.000 euros en caso de ascenso, algo a lo que el Dépor se niega | Una semana para solucionar una operación de desgaste

Raúl Sánchez, durante un lance de su etapa en el Rayo Majadahonda. | // RAYO MAJADAHONDA

Una semana para que acabe el mercado de fichajes y aún hay tiempo para mantener pulsos. El Deportivo y el Ibiza llevan un tiempo probando sus fuerzas sin que uno pueda doblegar al otro o, al menos, sin llegar a un acuerdo para dejar a un lado su pelea. El objeto de disputa es Raúl Sánchez, extremo que el equipo coruñés quiere para completar su frente de ataque y que sobra a los celestes. El madrileño quiere venir a A Coruña tras desechar la posibilidad de marcharse al Castellón y a algún otro pretendiente de Primera Federación. Todo parece despejado, salvo por el deseo del Ibiza de que desde A Coruña abonen, si se asciende, 100.000 euros (el doble de lo que le costó hace ocho meses al ficharlo del Rayo Majadahonda), algo a lo que el Deportivo se niega en redondo. Y, en ese punto, sigue encallada la negociación desde hace días.

El Deportivo, más allá de que septiembre está a la vuelta de la esquina, considera que el tiempo corre a su favor, porque ningún equipo de Segunda, tampoco el Ibiza, se puede permitir tener a un futbolista en la grada esta temporada ocupando parte del límite salarial. Todos los conjuntos de Primera y de Segunda hacen malabarismos para cumplir las normas de LaLiga y así poder inscribir a sus contrataciones. El caso de Jules Kounde y el Barcelona es el más mediático, pero se repite en casi todas las entidades del fútbol profesional. En ese sentido, tarde o temprano los ibicencos tendrá que desprenderse de un futbolista con el que no cuenta Javi Baraja. De hecho, no está entrando en las listas de convocados. La operación también depende de lo que se pueda permitir el Dépor esperar ante la escasez de efectivos que tiene en ataque, con Gorka Santamaría y Quiles como únicas opciones para Borja, y con la llegada de Lucas Pérez u otro delantero también en el alero.

Los días pasan y otra parte de la ecuación que puede dar un empujón a la operación es el propio Raúl Sánchez. Más allá de la voluntad inequívoca del futbolista de jugar en A Coruña, la capacidad para encajar, diferir o rebajar su salario puede ayudar para que los números de todas las partes se alineen. En ese sentido, el fichaje de Rubén Díez llevaba también un tiempo en un callejón sin salida y el esfuerzo que hizo el maño posibilitó que la contratación cristalizase.

Hasta el final

Desde su llegada la nueva secretaría técnica del Dépor ha apostado, en la medida de lo posible, por acelerar las negociaciones para no vivir en el alambre los días 31 de agosto o 31 de enero y para que Borja Jiménez pudiese trabajar con tiempo con todos sus efectivos. Así, el pasado mercado de enero Álvaro Rey llegó el día de Reyes y ya no se movió nada más en todo el periodo de pases. La inflación que sufre este mercado de jugadores ofensivos en 2022 con equipos como Intercity o Eldense apostando fuerte ya hacía presagiar que este verano los tempos iban a ser otros. Tras la revolución de 2021, tocó en los últimos meses apostar por la continuidad, con lo que el Dépor se podía permitir madurar alguna operación hasta el fin del mercado. Se pensaba que iba a ser la de Lucas o el delantero que llegase como guinda, pero todo hace indicar que las diferencias con el Ibiza por Raúl Sánchez, sumadas a la salida de Héctor Hernández, añadirán más picante a los últimos días de agosto.

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