A la espera de lo que ocurra con el estreno en la competición, el Deportivo disputó el que debe ser su último amistoso de la pretemporada, pero eso está todavía en cuarentena por la situación que atraviesa el DUX Internacional de Madrid. Lo hizo con victoria ante el Bergantiños después de organizar a toda prisa un partido inicialmente previsto en Ribadeo frente a Unionistas y con numerosas ausencias en la convocatoria. No estuvieron Álex Bergantiños, Isi Gómez, Granero ni Ibai Gómez, pero volvían Olabe, Raúl García Carnero y Trilli, casi inéditos durante el calendario de partidos de preparación veraniegos.

A los tres se les notó, pero no menos que a un Deportivo al que le faltó frescura contra un rival que le puso en los aprietos habituales de cada uno de sus amistosos. Suele ser un duelo tradicional del verano deportivista enfrentarse al conjunto que dirige José Luis Lemos, como también que los de Carballo les amarguen la tarde a los blanquiazules. Volvieron a conseguirlo ayer, superiores por momentos a un Deportivo que inclinaría el resultado a partir de la calidad individual de sus futbolistas.

Arrancó bien el Dépor, que enlazó oportunidades claras en los minutos iniciales de la primera parte por medio de Mario Soriano y Gorka Santamaría, pero acabaría muy desdibujado al descanso a pesar de haberse colocado con ventaja.

Volvió a marcar Quiles, pichichi destacado de la pretemporada y quizá la mayor certeza del equipo antes del inicio del campeonato junto a Mario Soriano. Entre los dos pivota buena parte del juego de ataque blanquiazul, apoyados por un Víctor Narro que exhibe desborde y capacidad para asociarse en las cercanías del área con velocidad.

Fue anotar Quiles con un disparo cruzado tras un servicio de Trilli y decaer el Deportivo. Tuvo alguna más, pero poco a poco el Bergantiños fue adueñándose del partido. No es un equipo cómodo el de Lemos, que busca imprimirle ritmo a los encuentros a través de combinaciones rápidas. En ese sentido, era interesante ver cómo respondía el equipo de Borja Jiménez. Fue capaz de evitar las transiciones, pero le costó frenar las llegadas desde las bandas. Tiene un problema ahí el Dépor, igual que lo tenía la temporada pasada y por el momento no ha sido capaz de corregirlo.

El Bergantiños empezó a amenazar con los centros porque ni Raúl García Carnero ni Trilli, los dos lejos de su mejor estado de forma, lograban cerrar con claridad. Hasta cuatro oportunidades claras encadenaron los de Carballo, frustradas por Mackay, antes de conseguir igualar el marcador.

Un pase a la espalda en el balcón del área desmontó a la defensa deportivista justo antes del descanso. Lo mereció el Bergantiños, que sin embargo se vería de nuevo por debajo poco después de la reanudación. Marcó Gorka Santamaría en una de esas acciones de cazagoles que se le presuponen tras un servicio de Trilli tras ganar la línea de fondo. Lo necesitaba el delantero, sacrificado por momentos en el engranaje ofensivo de un Deportivo que trata de juntar muchos jugadores por dentro.

Poco más pasaría a partir de entonces. Supo contemporizar el equipo blanquiazul y el Bergantiños ya no se mostraría tan amenazante como en la primera parte. Cierra la pretemporada el Dépor a la espera de lo que ocurra con el DUX y tras dejar buenas sensaciones. Las debe refrendar a partir de ahora con un ojo puesto también en el final del mercado.