La revolución del Deportivo empieza por la secretaría técnica

El club coruñés anunció que no seguirán Carlos Rosende y Juan Giménez | De la Barrera necesita unas condiciones para seguir

Carlos Rosende y Juan Giménez, en el Dépor-Castellón. |  // CASTELEIRO/R.  A.

Carlos Rosende y Juan Giménez, en el Dépor-Castellón. | // CASTELEIRO/R. A.

Carlos Miranda

Carlos Miranda

La revolución del Deportivo empieza por la secretaría técnica. La primera de las “muchísimas decisiones” que anunció en la zona mixta de Castalia el presidente Antonio Couceiro se produjo unas horas después del descalabro en el play off de ascenso a Segunda: el adiós de los dos máximos responsables de la planificación deportiva en las últimas temporadas. El club coruñés anunció anoche que el secretario técnico Carlos Rosende y su adjunto Juan Giménez “no continuarán” en el departamento “que dirigían”, según recoge una nota en la página oficial del Deportivo. No hizo público nada sobre un posible cambio en el estatus de Martín Castiñeira, quien está también en el departamento y ejerce como coordinador de captación de fútbol 11.

La salida de Rosende y Giménez era un secreto a voces tras poner su cargo a disposición del consejo tras el despedido de Cano, entrenador por el que apostaron en octubre. El coruñés llevaba varios años en el club tras empezar en labores de captación y acabar ascendiendo hasta el comando de la secretaría técnica, quien asumió la planificación tras el despedido de Richard Barral y la decisión de no contratar a un director deportivo. Cuando empezó a ostentar el cargo se rodeó de Castiñeira y de Giménez, quien dejó su puesto entonces en el Cornellà y quien se incorporará ahora al Ibiza en el nuevo proyecto de Fernández Romo.

La figura de ambos sufrió un desgaste en las dos últimas temporadas al no haber conseguido el ascenso y por las erráticas decisiones en las elecciones de los entrenadores. La continuidad el pasado verano de Borja Jiménez y la elección de su sucesor, quien nunca conectó con la afición ni terminó de levantar al equipo, pesaron a ojos de la grada y del propio consejo. A pesar de contar con un alto presupuesto y con una posición de fuerza en el mercado, sus contrataciones tuvieron un resultado dispar en estos dos últimos años. Algunas crearon valor y otras pasaron sin pena ni gloria por el estadio de Riazor, algo que sucedió, en mayor medida, en esta segunda temporada.

Las condiciones de De la Barrera para seguir

El día después de la caída, el Dépor recobró viejas y desagradables sensaciones. Un 12 de junio, de nuevo, con plaza asegurada en Primera RFEF y con el mismo aire de provisionalidad que rodea al club, aunque ahora más acentuado. Hace doce meses tenía dos seguridades, una secretaría técnica estable y un consejo sin cambios, ahora no hay nada cierto. La primera ya cayó y las contrataciones corren prisa. La piedra angular de todo es De la Barrera. De su continuidad y su rol dependen los siguientes pasos. El coruñés quiere seguir y el club desea que continúe, pero deben definir atribuciones, organigrama y pasos a dar. No se sentará en el banquillo a cualquier precio, a pesar de que haya un contrato hasta 2024 con cláusulas de salida para este verano.

Haber descolgado el teléfono hace un mes para pedirle a De la Barrera que regresase tras su abrupta salida le da una posición de fuerza. El cuerpo técnico que trajo consigo es una muestra y ahora el consejo no se puede exponer a un segundo adiós. De la Barrera querrá ser importante en la planificación y saber de quién va a estar rodeado en este nuevo camino. Ahí es donde se resolverá su continuidad entre unas partes condenadas a entenderse.

La configuración del equipo, qué y para dónde se va a fichar, el capítulo de bajas y el peso de la cantera van a ser básicos en el nuevo proyecto. Hace unas semanas se subió a un tren en marcha que estaba a punto de descarrilar. Ahora tiene que empezar de cero con un verano para trabajar. Lo quiere hacer en unas condiciones mínimas.