Entrevista | Extremo del Deportivo

Diego Gómez: “Estar ahí abajo en Riazor es mucho mejor de lo que cualquiera se imagina”

“Podría llevar bastantes más goles de los que llevo en el Fabril”, apunta el zurdo

Diego Gómez posa ayer por la tarde en la Ciudad Deportiva de Abegondo. |  // CARLOS PARDELLAS

Diego Gómez posa ayer por la tarde en la Ciudad Deportiva de Abegondo. | // CARLOS PARDELLAS / Carlos Miranda

Carlos Miranda

Carlos Miranda

Diego Gómez (Amoeiro, 2004) es el líder de un Fabril que ha irrumpido con fuerza en la Segunda RFEF y aporrea la puerta del primer equipo para colarse en Riazor.

Se le ve con confianza. ¿Es así?

Sí, mucha, y, sobre todo, es que físicamente vengo muy bien de la pretemporada. Todo se nota.

¿Hizo algo especial?

En verano todas las mañanas en mi pueblo me iba a correr y estuve con un preparador físico trabajando. Me lo curré bastante.

¿Hubo pocas vacaciones?

Solo una semana, siempre hay que desconectar.

¿Por qué ve puerta fácil?

Es por estar con más piernas. Llegas más, tienes más ocasiones y todo se acaba traduciendo en goles. Podría llevar bastantes más goles de los que llevo.

¿Se acuerda más de los que falla que de los que mete?

Sí, sí, sobre todo si es un partido que empatamos, por ejemplo el del Marino. Tengo ahí un recorte para dentro en el último minuto y ahí sí que me fui tocado.

¿Esa autoexigencia le empuja o a veces le hunde o cómo la lleva?

No, más bien aprendo. En el próximo partido si tengo una situación similar, pues intento cambiar y no hacer lo mismo.

Gilsanz no tiene miedo a exigirle en público en el campo...

Sí, además que Gilsanz me eche la bronca... Tengo muy buena relación con él y es como si fuese un padre para mí. Sé que todas las broncas que me echa son por mi bien, entonces no me vengo abajo cuando me corrige ni mucho menos, me lo tomo bien y aprendo.

Diego Gómez

Diego Gómez / Pardellas

Desde pequeño siempre fue de pedir la pelota, aunque falle...

Claro, no me voy a esconder por fallar dos acciones. Soy activo, me gusta no repetir siempre las mismas acciones en el campo, intentar sorprender un poco a los rivales.

En esos ratos con el primer equipo, ¿con quién habla más?

Quizás Lucas. Siempre nos está haciendo bromas. También Balenziaga, que tiene muy buen trato con los canteranos, con todo el mundo en general. Es una persona muy cercana y amable.

¿Aún le sorprende compartir un rondo con Lucas o ya menos?

Al principio sí chocaba un poco, pero ahora ya estoy más acostumbrado, como un compañero más.

¿Qué consejos le da?

Futbolísticos: levantar la cabeza, jugar a dos toques... Jugó en equipos como el Arsenal y tiene toda la experiencia del mundo y un consejo suyo nunca viene mal.

¿Estar abajo en el césped de Riazor con el primer equipo es como lo había proyectado en su mente?

El ambiente es espectacular, Riazor es una barbaridad. Estar ahí abajo es mucho mejor de lo que cualquier persona se pueda imaginar. Estaba muy ilusionado, era un sueño para mí. Me hubiese gustado ganar el partido, fue una pena. El rival estaba bastante cerrado, íbamos ya a atacar con todo.

Muchos aficionados han pensado en usted por su momento de forma con el Fabril y por el arranque errático del primer equipo...

Sí, a los canteranos en general siempre nos trata genial la afición, nos da mucho cariño. Si no subo con el primer equipo, no le doy importancia. Soy jugador del Fabril y tengo que madurar esta temporada, estoy encantado.

Acaba contrato en junio y el club le puede renovar dos años si le hace ficha del primer equipo. ¿Es así su situación?

Sí. Ojalá, ojalá se dé así, pero no depende de mí, depende de mi padre, de mi agente y del club, que yo la verdad casi no mando nada.

Pero sabrá si quiere seguir, ¿no?

Sí, eso sí lo tengo clarísimo.

Tuvo personalidad para decirle no al Celta cuando ya iba a entrenar de manera regular a A Madroa. ¿Por qué pegó ese volantazo?

No, volantazo no. Yo ya tenía decidido irme al Dépor, pero claro, al tener el convenio el Pabellón (su equipo en Ourense) con el Celta me mandaban a entrenarme allí.

¿Era una obligación?

Obligación tampoco, pero lo hacía por respeto al Pabellón, siempre tuvo un gran trato conmigo.

¿Quién le inculcó esa ansia por venir a A Coruña, el deportivismo?

Tengo unos tíos que son muy fans del Dépor. Mi tío Fede y mi tía Laura y quizás fueron las primeras personas que me hablaron del equipo con seis o siete años y me llamaba la atención. Yo no tenía dudas: el Dépor, quería venir para aquí. Y la residencia me gustó, la gente, todo. Lo tenía muy claro.

En la residencia conoció a mucha gente, pero a pocas como Martín Ochoa y Rubén López...

Esa relación es muy especial, llevamos cuatro años siendo inseparables. Vivimos muy cerquita y quedamos muy a menudo, son mis dos mejores amigos. Es un gusto poder jugar con ellos la verdad.

¿Harán juntos en el primer equipo la celebración del capitán del barco como en la Copa juvenil?

Ya lo hicimos este fin de semana con el Fabril cuando marcó Rubén, aunque no estaba Martín.

¿Imaginaba que algún día estarían los tres a las puertas de Riazor?

Pues no, quizás más cuando fuimos quemando etapas, pero en cadetes ni de broma. Es increíble.

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