2-0 | Davo y Pablo Martínez dan oxígeno a Idiakez

Un Deportivo sobrio y efectivo se impuso sin apuros ante un SD Logroñés combativo que apenas opuso resistencia

El balón parado volvió a servir para desatascar el encuentro en los primeros minutos

Xane Silveira

Xane Silveira

El Deportivo se aprovechó de un escaso Logroñés para corregir y volver a sumar una victoria gracias a los goles de Pablo Martínez y Davo. Sin un juego excesivamente vistoso pero sí efectivo, los blanquiazules apenas pasaron apuros en un encuentro controlado.

Necesitaba el Dépor una pequeña revolución tras el batacazo de Irún e Imanol Idiakez la encontró en las figuras de Davo (izquierda), Valcarce (derecha) y Parreño (portería). Tres cambios en busca de una reacción que se encaminó desde muy temprano. En frente, una SD Logroñés que prácticamente no opuso resistencia.

Una acción a balón parado volvió a ser la carta rápida para atajar el camino y desatascarlo en los primeros minutos. Pablo Martínez aprovechó un rebote para anotar el primer gol y poner en ventaja a los coruñeses. Lucas Pérez, de libre directo, golpeó el palo con un zarpazo impecable que desató al cangrejo. Segundo gol del galo en Riazor de forma consecutiva.

Todo fue más sencillo sin la presión de buscar el gol y con la obligatoriedad de que los riojanos diesen un paso al frente. Un Dépor sin excesos, con bastante control y poco riesgo, manejó con serenidad el duelo. Esta vez sumando más de un envío en largo de lo habitual para hacer recular a una defensa que adelantaba la línea de manera atrevida y presionante. Los coruñeses no alardearon ni tuvieron grandes ocasiones en una primera parte racana en prácticamente todo. Se salvó, como siempre, la medular. Salva Sevilla agarró el bastón de mando y marcó el tempo, aprovechó que el rival le dio demasiada libertad y se juntó una y otra vez con José Ángel para circular la pelota con seguridad de un lado a otro. Solo alguna pérdida suelta permitió al Logroñés pensar en positivo, aunque Parreño, en general, pasó desapercibido.

Ofensivamente el Dépor tampoco generó demasiadas situaciones de peligro. Con Valcarce abandonando la banda una y otra vez para sumegirse en zonas interiores (y terminar desapareciendo) y Villares compensando todo lo que la estructura requería, Davo era el jugador más posicional y también el más desacertado. Lo intentó el de Luarca, con más fe que destreza, hasta que al final terminó cayendo a su favor. Elosegi, que leía bien sus movimientos, no le permitió salir prácticamente nunca. Pero él volvía una y otra vez como si se hubiese enamorado de la piedra. Solo en el minuto 42 logró hacerse hueco en la frontal y sacar un buen disparo que despejó Iru. Era el segundo acercamiento con peligro blanquiazul, muy conservador con el balón. Nadie entre los locales quería sumar un riesgo de más por lo que pudiese pasar.

Depor SD Logroñés

Depor SD Logroñés / Casteleiro | Roller Agencia

Sabían los pupilos de Andrés García que sumar en Riazor pasaba por dar un paso al frente con balón. Y, en busca de una mejora, el técnico que cumple un mes en el banquillo riojano, introdujo a Rubio en el campo, aunque su gran peligro real no era el dorsal 10, sino el 17. Jordi Escobar. El ariete de 21 años tuvo su primera gran ocasión a los 48 minutos de juego tras cazar a la media vuelta un rebote. Su zurdazo se fue al lateral de la red, cerca del palo, en un claro aviso de la SD Logroñés. Riazor empezó a masticar pipas con más velocidad. Respondió automáticamente Davo, demasiado precipitado de nuevo. El extremo salió bien de un regate ante dos marcas, pero en el último momento antepuso un disparo realmente difícil que se fue desviado cuando la jugada demandaba un pase atrás.

Con el paso de los minutos el Dépor se metió en una tierra de nadie peligrosa. El 1-0 era insuficiente y en el ambiente se palpaba cierto sosiego, como esa siesta que amenaza con aparecer en la sobremesa. Un centro que Escobar no aprovechó hacía entrever, en el minuto 60, que los blanquiazules podían complicarse la vida. Pero, en ese maraña de pases que acababan en nada y ocasiones vacías, volvió a aparecer Salva Sevilla, el jugador que mejoraba cada posesión en cualquier zona del campo. Atrás inicia, en el centro dirige y cerca del área decide.

Él vio un desmarque de Lucas que la defensa rival no supo frenar. El de Monelos cedió atrás para lograr su quinta asistencia de la temporada, la primera en jugada corrida. Tocó atrás para la llegada de quien más lo había intentado. Davo cazó el pase para anotar el segundo del partido. La celebración lo decía todo: había sido el más activo, se había chocado una y otra vez ante la pared, pero después de 567 minutos consiguió romper su sequía y estrenarse con la camiseta blanquiazul en partido oficial.

Un mano a mano de Jordi Escobar totalmente solo ante Parreño despertó de nuevo las alarmas en un Deportivo que volvía a cabecerar y no debía relajarse Idiakez, conservador, movió poco a poco el banquillo. Primero Cayarga, pretérito del gol, por un Valcarce que no brilló; después, Rama, relegado a un segundo plano; por último y ya con el tiempo finalizado, Rubén y Ochoa, para una última ovación a Lucas y Villares que se habían desfondado.

El Logroñés bajó los brazos cuando sus cambios indicaban más miedo a una expulsión que hambre de victoria. Pablo Martínez de cabeza y Paris Adot con un remate en el interior del área sumaron dos llegadas en una recta final totalmente controlada. Salva y José Ángel (que vio la quinta amarilla y no estará en Tarazona) guiaban de lado a lado las posesiones. Cayarga sumó cierto nervio en banda e intención antes de consumir por completo el tiempo. Al final, el Dépor se llevó sin apuros ni demasiada brillantez, con una propuesta sobria y efectiva, tres puntos que le devuelven al camino de la victoria. El cuarto triunfo esta temporada. Los coruñeses duermen en la décima plaza con 17 puntos.