Revolución a medias, pero efectiva

Idiakez modifica lo justo un equipo con poco ritmo para olvidar la debacle de Irún

Valcarce conduce la pelota en un momento del partido ante la SD Logroñés. |  // CASTELEIRO / ROLLER AGENCIA

Valcarce conduce la pelota en un momento del partido ante la SD Logroñés. | // CASTELEIRO / ROLLER AGENCIA / M. Otero

Marcos Otero

Marcos Otero

Imanol Idiakez había advertido en la víspera de la visita de la SD Logroñés a Riazor que si alguien se esperaba una revolución en el equipo se iba a quedar con las ganas. A pesar de que el técnico deportivista llegaba apremiado por los malos resultados y la debacle protagonizada en Irún descartó cualquier giro radical. La revolución fue solo a medias. Al Dépor le faltaron precisamente revoluciones en un encuentro disputado a ritmo bajo y en el que, por momentos, amagó con complicarse una tarde que arrancó de cara con el gol tempranero de Pablo Martínez, el segundo para él esta temporada después del que marcó hace dos semanas contra el Nàstic de Tarragona también en Riazor. No brilló, pero fue efectivo.

Idiakez dijo que no iba a haber ninguna revolución y no mintió, al menos en lo que a la alineación se refiere. Entraron Davo y Valcarce y se cayeron Hugo Rama y Martín Ochoa respecto al equipo que dejó una pobrísima imagen hace una semana contra el Real Unión. Sí hubo, sin embargo, cambios en la organización del equipo.

El 4-3-3 habitual de las últimas jornadas se convirtió en una disposición novedosa en la que la principal sorpresa fue la posición de Diego Villares. Ya no sorprende ver al vilalbés en zonas de influencia alejadas de las que parecen reservadas para él como centrocampista, pero ayer jugó toda la primera mitad como acompañante de Lucas Pérez en la delantera.

Se le vio desubicado, como a buena parte de un equipo que se ordenó de nuevo a partir de un doble pivote formado por Salva Sevilla y José Ángel. Era Valcarce el que se emparejaba con ellos la mayoría de ocasiones, dejando el carril derecho para Villares.

La apuesta salió a medias, maquillada por ese gol madrugador de Pablo Martínez. La imagen posterior no ayudó, porque al Deportivo le faltó control, aunque apenas sufrió a un rival muy justo.

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