Deportivo-Lugo: ni fútbol ni goles

Los tres precedentes de la era moderna acabaron 0-0, con un raquítico despliegue en el césped, y supusieron frenazos blanquiazules

El último gol, de 1974

La grada, siempre por encima de los 20.000 aficionados

Pablo Marí, Domingos Duarte y Edu Expósito buscan rematar un saque de esquina en un Deportivo-Lugo de 2019. |  // CARLOS PARDELLAS

Pablo Marí, Domingos Duarte y Edu Expósito buscan rematar un saque de esquina en un Deportivo-Lugo de 2019. | // CARLOS PARDELLAS / Carlos MIranda

Carlos Miranda

Carlos Miranda

Hay que quitar páginas del calendario de los últimos 50 años para encontrar la fecha del último gol en liga de un Dépor-Lugo. Fue en el primero, en diciembre de 1974, en un duelo de Tercera División, categoría de bronce por entonces. Pichichi Castro, como casi siempre en aquella época, se adelantó de cabeza en un centro al área para mandar una pelota a la red y darle una victoria al equipo coruñés. 2-1 y encuentro cerrado. Eso sí, con polémica, porque los rojiblancos decían que la pelota había salido antes de la asistencia al área. Esos roces, esos tiras y aflojas sí que se han mantenido en el tiempo. De fútbol y de goles ni rastro en cinco décadas de estos partidos en liga en el estadio de Riazor: 0-0 en todos.

También es cierto que poco han jugado: solo en tres ocasiones en el campeonato doméstico. El Dépor-Lugo sí que es un derbi de nuevo cuño, no como los duelos ante el Racing de Ferrol, que fueron recuperados. Antes de ese estreno de la era moderna, un 30 de noviembre de 2013, habían disputado diez partidos de Copa, cinco en Riazor, pero siempre con una evidente desigualdad entre ambos contendientes. El mayor ejemplo es el 8-1 de la ida en el duelo de la temporada 81-82. Esa lluvia de goles es ciencia ficción si se compara con los precedentes de la era moderna en Segunda División.

El del estreno trajo esa primera igualada sin tantos. Fernando Vázquez estaba en un banquillo, Quique Setién en el otro. Ninguno de los dos equipos acabó haciéndole ascos al punto en un duelo que fue de más a menos y en el que a los coruñeses les faltó puntería. También fútbol. La igualada llegó en los meses previos al último ascenso del que ha disfrutado el deportivismo, en 2014. Pero en aquel momento al equipo coruñés se le estaba atragantado el arranque de una temporada que le llevó a Primera, a pesar de transitar por ella a trompicones. El Lugo supo aquel día cortocircuitarle. 30.000 espectadores en las gradas de Riazor.

Hubo que esperar más de cinco años para volver a encontrarse. El Dépor tardó un lustro en volver a bajar y ahí le esperaba el Lugo. Nada cambió en el luminoso (0-0), pero fue un partido más oscuro, más tosco aún. El Deportivo de Natxo se vería frenado aquel 6 de enero de 2019 cuando ya no era aquel equipo intratable de principio de temporada. El Lugo acabó con nueve, hizo 24 faltas y forzó innumerables interrupciones de tiempo, mientras se defendía como podía. Fue el derbi de los calambres. Más de 21.000 espectadores en las gradas.

Un año y dos meses después, más de lo mismo. Había regresado Fernando Vázquez con la idea de evitar un descenso anunciado y aquel 0-0 le hice mucho daño. Curro Torres estaba enfrente. El Dépor se frenaba en seco y no podía parar a la altura de la jornada 30, aunque estuviese por entonces fuera de descenso. Casi 26.000 espectadores, Hugo Rama en el equipo rival por unos minutos... Todo muy familiar y otra vez un Dépor encasquillado ante su vecino, que llegaba como víctima propiciatoria. El grupo de Imanol Idiakez luchará por reescribir la historia.