Fútbol Deportivo

El choque más duro entre el Deportivo y el Concello un día después del ascenso

El club de Abanca se niega a acudir a la recepción en María Pita para escenificar la falta de acuerdo por el convenio de la cesión del estadio

El Ayuntamiento lo acusa de anteponer “intereses económicos”

El presidente del Deportivo, Álvaro García Diéguez, y la alcaldesa, Inés Rey, el domingo en el palco de Riazor. |

El presidente del Deportivo, Álvaro García Diéguez, y la alcaldesa, Inés Rey, el domingo en el palco de Riazor. | / Iago López

El meme corrió como la pólvora entre el deportivismo. “Días sin drama: cero”. Y es que solo unas horas después del soñado regreso al fútbol profesional, en lugar de prolongarse la fiesta del ascenso, emergió el más duro de los choques institucionales que han mantenido el Ayuntamiento y el club propiedad de Abanca por la revisión del convenio por el uso del estadio de Riazor, que expira en año y medio.

El Deportivo apremia la firma del acuerdo, bloqueada desde hace tres años y, a pesar de que el Concello anunciaba por la mañana que la alcaldesa Inés Rey recibiría a los jugadores por la tarde en el Palacio Municipal, la entidad se apresuró a desmentir la visita y abrir la caja de los truenos en un comunicado: “El club considera que la relación actual entre el RC Deportivo y el Concello no es la idónea para celebrar una visita de estas características”.

El acto quedaba suspendido, según la primera de las dos comunicaciones que publicó el club a lo largo de la jornada, “a la espera de la solución de todas las solicitudes realizadas en los últimos tres años”. Como reacción, el Gobierno local acusó a la entidad, propiedad de Abanca, de moverse por “intereses económicos que nada tienen que ver con el deporte” y criticó que quisiese “explotar el recinto de manera exclusiva olvidando que el estadio es de todos”.

Los puntos de conflicto del convenio son principalmente su duración —el Dépor quiere 40 años y el Concello lo deja en 25—, la explotación extradeportiva de los espacios y la conocida como cláusula de arraigo que, según fuentes municipales, haría decaer el convenio para el disfrute de Riazor en caso de venta del club a alguien de fuera de la provincia. Siempre según las mismas fuentes, la propiedad de la entidad no aceptaría tal extremo. El Deportivo lamentó que esta situación continuase enquistada “a pesar de las múltiples conversaciones mantenidas en las últimas temporadas y el intenso esfuerzo de diálogo para mejorar la relación entre ambas entidades realizado por el club en los últimos meses, especialmente en un momento tan esperado por la afición”.

En un segundo comunicado publicado ya por la tarde, el Deportivo elevó sus críticas y acusó al Concello coruñés de poner en peligro su viabilidad en Segunda y, ante las acusaciones del Gobierno local de haber exigido la cesión sin condiciones del estadio, explica que ha aceptado pagar por disfrutar del recinto: 200.000 euros anuales en Segunda División y 400.000 si llega a ascender a la máxima categoría del fútbol español, algo que, recuerdan, no ha pasado nunca en la historia de la sociedad centenaria.

El club advierte de que la ampliación del convenio es “imprescindible para garantizar el futuro del equipo en la categoría de plata”, así como un certificado de uso y disfrute del estadio para la temporada 24-25. En la segunda de sus comunicaciones, la entidad incluye el texto de una propuesta de convenio de enero, pero las posiciones son tan encontradas que el Concello niega que sea ese documento sobre el que se estaba trabajando.

No solo eso. El Deportivo señaló que se había estado trabajando en el documento “durante toda la temporada” y que habían “accedido a las peticiones hechas por el Concello, incluyendo el pago del arrendamiento que nunca antes en la historia del club se había realizado”, un hecho que también se apresuró a negar el Concello, que aseguró que no tenían intención de cobrarles. En un inicio se anunció la comparecencia de la regidora para contestar al Deportivo, pero un problema en el avión le impidió llegar a tiempo y se espera para hoy martes.

“El no tener convenio con el Concello”, añade el club, “supone también un problema financiero para el Dépor, pues todas las inversiones en mejora y modernización del campo necesarias deben ser amortizadas a 15 meses y no en varios años, como sucedería con un convenio”. Para la sociedad, esta situación “podría afectar incluso a la existencia de recursos financieros para los fichajes”.

Celebración del ascenso en Riazor.

Celebración del ascenso en el estadio de Riazor. / Carlos Pardellas

La tensión entre Concello y el Dépor, que el domingo certificó su regreso al fútbol profesional, ha llevado, describe el equipo, a que se suspendiese el acuerdo de promoción turística, que sí han mantenido Xunta y Diputación. “Numerosos municipios españoles con equipos en Primera y Segunda apoyan económicamente a los clubes de su ciudad por los beneficios económicos que suponen la presencia de los clubes en el fútbol profesional y cuentan con convenios de uso de estadios gratuitos, con medias de plazo de 40-50 años”, argumenta el comunicado.

La entidad deportiva considera que la ciudad y los aficionados del equipo necesitan “un club con una estructura empresarial y deportiva sólida para afrontar los grandes retos que le esperan”. “Y para ello es necesaria la colaboración de todas las instituciones, incluido el Concello de la ciudad”, insisten.

El Ejecutivo responde que, dentro de la negociación del convenio, la voluntad del Ayuntamiento “sigue siendo la cesión gratuita del estadio municipal por 25 años para que el Depor pueda desarrollar su actividad corporativa y competir al máximo nivel”. “Pero lamentablemente y por primera vez, la empresa propietaria del club, Abanca, le exige al Concello la entrega total y gratuita de un bien público para su explotación comercial y económica en exclusiva más allá del ámbito deportivo, olvidando que el estadio es de todos”.

Afea, asimismo, a los blanquiazules que “enturbien un momento de especial alegría para la ciudad”. “Más allá de la propiedad del club, el Dépor es de todos los coruñeses y coruñesas y merecen poder felicitar al equipo en la plaza de María Pita, como siempre se hizo en las grandes ocasiones en la historia del club”, concluye el Gobierno, que ya mantuvo una colisión de similar naturaleza con la anterior directiva, con Antonio Couceiro a la cabeza, al que acusó de abrir un conflicto ficticio para beneficiar al Partido Popular.

En relación a esta cuestión, el grupo municipal del PP cuestionó que “en un día tan esperado por todos los coruñeses” no se produzca la citada recepción, que vincula con la “falta de diálogo” de la alcaldesa “Son tres años de negociación enquistada, pese a los intentos del club por desbloquear la situación”. El grupo del BNG sostiene que las “diferencias” entre el gobierno local y el Deportivo en torno al convenio que regula el uso del estadio municipal “no deberían haber impedido la presencia del equipo en este acto”.

Cuatro Caminos depende del Concello

El Deportivo afirma que la afición podrá disfrutar de nuevas celebraciones por el ascenso el 25 de mayo, tras el último encuentro frente al Real Unión, para lo que tramitará los “permisos oportunos para Cuatro Caminos y otro espacio tipo Fan Zone en María Pita u otra ubicación que permita el Gobierno local”. El Ayuntamiento tendrá que autorizar los festejos después de que el Deportivo se negase a pasar por el Palacio de María Pita, donde es tradicional que los jugadores celebren desde la balconada consistorial con la afición congregada en la plaza. La agenda del día después del ascenso llevó ayer al club a las sedes de la Diputación de A Coruña y de la Xunta de Galicia en el Pazo de Raxoi por la mañana y a la sede central de Abanca en la calle San Andrés por la tarde. Según informó el club, espera agendar en breve un encuentro en Estrella Galicia, su otro gran patrocinador.