Y Salva Sevilla sacó la batuta

Regaló tres pases de gol que no encontraron la puntería de los rematadores

Salva Sevilla controla una pelota en un partido a domicilio esta temporada. |  // RCD

Salva Sevilla controla una pelota en un partido a domicilio esta temporada. | // RCD / Carlos Miranda

Carlos Miranda

Carlos Miranda

Desde el pasillo al campeón ya se notó que no había lo mismo en juego que en el resto de semanas y eso que el Dépor y la Real Sociedad B salieron apretando arriba, metiéndole vértigo al duelo. Se lo querían creer. Eran todo intención y velocidad, luego ya... Eso sí, en la media sí que había ese medio segundo más para cada control, para cada cambio de ritmo y orientación, para cada pase en profundidad. Y ahí Salva Sevilla fue el rey, sobre todo, en la primera mitad. El almeriense sacó la batuta, esa clase que la ha acompañado en casi dos décadas de exitosa carrera y, aunque fuese levemente, pudo reivindicarse sobre el césped de Zubieta. Regaló tres asistencias, a las que solo les faltó que Alcaina, Davo y Cayarga fuesen mejores rematadores para que el equipo coruñés pudiese adelantarse en el marcador.

No ha sido la mejor segunda vuelta para el mediocentro, quien llegó a A Coruña después de ser capital en el Alavés que subió a Primera y que nunca llegó a encontrar su sitio. Se dilató su fichaje, se quedó sin pretemporada en verano y cuando entró en el equipo, formó parte de una superpoblada zona de pivotes que terminaban por anularse. Fue el sacrificado entonces. Ayer, junto a José Ángel, volvió a salir de inicio después de cuatro meses en el banquillo. Su último duelo había sido el choque maldito ante la Cultural Leonesa (1-0), la última derrota que conoce este equipo.

Es más que probable que Salva Sevilla, quien acaba contrato en mes y medio y no va a seguir en el Dépor, disfrute también de la titularidad la próxima semana frente al Real Unión, aunque esta vez es probable que junto a Villares. Idiakez ya avisó que rotará, que oxigenará y el almeriense podrá decir adiós de blanquiazul en el campo, aunque no con el rol que a él le hubiese gustado. Luego tendrá que tomar otra decisión: si, a sus cerca de 40 años, se retira o se da un año más.