Los obreros de la fábrica de aluminio de Alcoa en A Grela se niegan a aceptar que la planta vaya a echar el cierre después de 57 años de actividad en A Coruñacierre A Coruña. Muchos llevan allí toda la vida y, en algunos casos, antes que ellos estuvieron sus padres. "Levantamos el ERE en 2014 y lo vamos a levantar ahora", se repetía ayer Miguel Conde, operario y delegado del comité de empresa, tratando de coger impulso para las movilizaciones, a las puertas de la factoríamovilizaciones. Decenas de trabajadores continuaban ayer bloqueando los accesos -su primera medida de presión hacia la empresa ha sido no dejar salir la producción-, donde montaron una carpa para cobijarse durante una acampada permanente que se mantiene día y noche. Por la tarde, un grupo de trabajadores prendieron fuego a una pila de neumáticos como muestra de la lucha que se disponen a librar contra sus despidos. Mañana recorrerán las calles de la ciudad en una manifestación en A Coruña que saldrá a las once de la mañana de la plaza de la Palloza en dirección a la Delegación del Gobierno.

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Quema de neumáticos en Alcoa por el cierre de la factoría

Al Ejecutivo central la plantilla de Alcoa le pide que mueva ficha para abaratar la electricidad -que supone el 40% de los costes de producción de Alcoa-, con la esperanza de que un marco energético estable pudiera salvar la planta. Pero el problema eléctrico ha quedado relegado a una posición secundaria en los motivos que la empresa aduce para echar el cierre en A Coruña y en Avilés (Asturias) cierre en A Coruña y en AvilésAsturiasmientras la firma apuesta por el centro lucense San Cibrao -ahora el principal, y que pasará a ser el único de la multinacional estadounidense en España-. Las instalaciones obsoletas y las pérdidas económicas están por delante en una decisión empresarial que los trabajadores recibieron directamente de la cúpula del grupo. "Se limitaron a leernos un comunicado del presidente del grupo, Tim Reyes. Los jefes de aquí no pintan nada", se lamentaba ayer Miguel Conde.

La incredulidad que reinaba entre la plantilla el primer día dio paso ayer al enfado y, con él, a la fuerza para establecer un calendario de movilizaciones con el que aspiran a ejercer la presión suficiente como para parar un cierre que, esta vez, ven mucho más próximo que en el amago de hace cuatro años.

Las acciones no se han hecho esperar: bloqueo de la salida de producción de la factoría, acampada reivindicativa en la puerta, breves cortes de tráfico, una barricada con neumáticos en llamas... Los trabajadores saben que el tiempo juega en su contra y que la cuenta atrás para alcanzar la mejor de las soluciones acaba el día 31 de este mes, para cuando el comité de empresa está citado en Madrid con el fin de iniciar el proceso de negociación del Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que extinguirá los 369 contratos actualmente vigentes en la planta coruñesa y los 317 de la asturiana. "Si entramos en el ERE ya va a ser difícil salir", comentan. La sangría laboral se extendería a un centenar de empleados más que están en nómina de empresas subcontratadas en A Coruña y otros tantos en Avilés, además de impactar en más de 2.000 puestos de trabajo indirectos e inducidos.

Calendario de movilizaciones

Después de la concentración de la tarde las puertas de la fábrica, representantes de los trabajadores de Alcoa en A Coruña se juntaron ayer en una reunión que se prolongó hasta la noche para esbozar un calendario de movilizaciones que ratificarán en los próximos días. De lunes a jueves la plantilla está convocada a concentraciones cada tarde, desde las cinco, a la entrada de la fábrica. La jornada de hoy estará centrada en la agenda institucional. El comité de empresa desfilará por el despacho del alcalde de A Coruña, Xulio Ferreiro, el salón de plenos del Ayuntamiento -donde se aprobará una declaración institucional de apoyo al empleo y la actividad industrial- y la Delegación del Gobierno, donde será recibido por Javier Losada. También mantendrá un encuentro con el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, y se entrevistará con representantes de distintos grupos políticos.

Pero será a partir de este sábado cuando el conflicto laboral de Alcoa se haga más visible en la ciudad. Los trabajadores esperan que la manifestación sea multitudinaria y cuentan con la presencia de compañeros de las plantas de Avilés -afectados por el mismo ERE- y San Cibrao -la única que se libra de la purga-, según avanzó anoche el presidente del comité de empresa, Juan Carlos López Corbacho. El representante adelantó también que al día siguiente, el domingo, los trabajadores se desplazarán al campo de fútbol del Club Atlético Arteixo, donde realizarán el saque de honor del encuentro con la pancarta que reza Peche non. Alcoa. Enerxía solución, la misma tela que utilizaron ya en las movilizaciones de hace cuatro años. Con ella, los trabajadores anhelan alcanzar el mismo final que aquella vez, cuando la empresa retiró el ERE de extinción después de que el Gobierno accediera a convocar una puja extraordinaria de primas eléctricas, unas ayudas económicas que aliviaron las cuentas de la multinacional y la llevaron a mantener la actividad en A Coruña y Asturias. Ahora, según admiten los trabajadores, el escenario es más complicado, pero mantienen la esperanza y la lucha. "Ahora el ambiente es de cabreo. Estamos enfadados con la empresa y con todo el mundo pero vamos a intentar levantar esto", decía ayer con determinación Miguel Conde arropado por sus compañeros.