La brecha en los ingresos también es una cuestión generacional. Es lo que ocurre cuando se compara la llegada a la jubilación de grupos cada vez más numerosos de trabajadores con carreras de cotización largas y mayores cualificaciones „y con derecho, por tanto, a pensiones crecientes„ con la incorporación de los jóvenes al mercado de trabajo actual. El siguiente dato puede ilustrarlo: la pensión media de los nuevos jubilados gallegos del régimen general de la Seguridad Social en 2019 (cerca de 19.000 euros brutos al año) es un 28% mayor que el salario medio de un trabajador de 30 años radicado en Galicia (14.800 euros anuales, según una estimación basada en los datos divulgados por la Agencia Tributaria).

"Eso se llama precariedad", afirma Maica Bouza, secretaria de Empleo en Galicia del sindicato CCOO. "Los nuevos jubilados procedentes de sectores industriales disfrutaron de contratos estables y salarios dignos; ahora tener un trabajo no garantiza que puedas vivir de él", explica.

Por eso la brecha se agranda aún más en comunidades con un mayor peso industrial que la gallega, como la vecina Asturias, donde la diferencia entre la pensión media de los nuevos jubilados (cerca de 23.500 euros brutos anuales) es un casi un 50% mayor que el salario medio de un trabajador de 30 años (algo más de 15.830 euros mensuales). "Antes había una jornada de ocho horas, ahora hay cuatro personas que trabajan dos horas", dice Bouza.

Una consecuencia es la dificultad de los nuevos asalariados para acceder a la vivienda, lo que ha provocado un nuevo fenómeno sociológico, "el de los asalariados que comparten piso con los estudiantes". Las centrales obreras sostienen que la reforma laboral aprobada por el PP en 2012 provocó la "liberalización" del mercado de trabajo. "Le dieron todo el poder a las empresas y estas decidieron que el puesto de trabajo es algo efímero y, claro, ahora tienen problemas para vender coches o viviendas entre los jóvenes", afirma Bouza.

Otro efecto es el aumento de la brecha entre ingresos y gastos. El número de cotizantes y el nivel de sus salarios resultan determinantes para los ingresos de la Seguridad Social. "Es imposible pagar buenas pensiones con malísimas cotizaciones y esto el que no lo entienda, debe entenderlo", afirmó el secretario de Estado de Seguridad Social, Octavio Granado, durante su intervención en una jornada titulada La Seguridad Social del Siglo XXI en octubre del año pasado.

A esto se le suma que cada vez hay menos cotizantes por jubilado, de hecho España cerró el año con 2,23 afiliados por pensionista, el mínimo desde 1999.

El gasto estatal en pensiones sumó otro récord en agosto (5,03%) hasta los 9.681 millones. En la comunidad gallega fue de 645 millones. La pensión media subió en Galicia un 4% en relación con agosto del año pasado.