La venta de Alu Ibérica solo cubre el 40% de la deuda y equivale al 7% de la tasación oficial

Los extrabajadores consideran que el precio de la fábrica es “bajísimo” y “se está regalando”

Empresas coruñesas en liquidación también acaban vendidas por un precio muy inferior a su valor

Interior de la planta de Alu Ibérica en Agrela. |   // L. O.

Interior de la planta de Alu Ibérica en Agrela. | // L. O. / Manolo Rodríguez

Manolo Rodríguez

Manolo Rodríguez

El juzgado de lo Mercantil 2 de A Coruña dio la luz verde la pasada semana, siete meses después de que Resonac la presentase, a la oferta de 18,4 millones por la compra de Alu Ibérica. En su propuesta no solo se incluye la adquisición de los 250.000 metros cuadrados del terreno en el que aún se asienta la aluminera en Agrela, sino también la maquinaria, instalaciones o el aluminio, que aún está en las cubas. Al comienzo del concurso de acreedores, una tasadora oficial contratada por el administrador concursal le puso precio a todo: 250 millones de euros. El gerente incluyó esa cifra en el auto de liquidación y fue la base para las tres fases de venta de la compañía que quedaron desiertas.

La primera arrancó en septiembre del pasado año. En esta etapa, el precio era igual a la mitad del valor de la tasación oficial. Es decir, el administrador concursal pedía 125 millones por la planta y los terrenos de Alu Ibérica. El 2 de noviembre terminó el plazo sin ninguna proposición y se abrió la segunda fase. En esta ocasión, el precio se rebajó en 50 millones hasta los 75. De nuevo, no hubo ningún interesado, por lo que el pasado 2 de enero se abrió la tercera y última convocatoria, en la que la cuantía de las propuestas no podía ser inferior al importe de la deuda: 45,1 millones. Tampoco hubo ninguna oferta.

Venta en trozos

Cuando todo apuntaba a que la compañía se iba a vender en trozos (una práctica que se produce en todos los concursos de acreedores cuando se agotan todas las fases para la venta en conjunto de la unidad productiva), el 9 de marzo, Resonac anunció que había presentado una oferta para la adquisición de Alu Ibérica.

Más de 7 meses después, la jueza dio el visto bueno a la propuesta y se conoció la cifra que había aceptado por todos los activos de la aluminera: 18,4 millones. Esta cantidad supone el 7,3% del montante por el que se había tasado la empresa y solo cubre el 40,8% del total de la deuda (45,1). Este último porcentaje aún puede ser menor, ya que la empresa tiene un pleito pendiente con un proveedor que si lo pierde elevaría los números rojos hasta los 60. Según expertos consultados, la deuda contraída que no asuma, quedará como cancelada o condonada. El auto de la jueza ya estipuló que Resonac no se hacía cargo del pasivo.

Los extrabajadores consideran que el precio por el que se va a vender la planta de Agrela es “bajísimo” y “se está regalando”. “No soy un tasador. Nosotros no somos tasadores. Ahora bien: o se pasaron de frenada en la valoración de la planta en su momento, que creo que no, o ahora se está regalando”, resume el expresidente del antiguo comité de empresa de Alu Ibérica, Juan Carlos López Corbacho (CCOO). “18 millones me parecen poco para todo lo que es la fábrica, para todas las hectáreas que hay y para lo que hay dentro de las hectáreas”, alerta.

La deuda contraída que no pueda asumir la empresa quedará congelada

El también exmiembro del antiguo comité de empresa de la aluminera, Cito Paseiro, del sindicato UGT, asegura que “la oferta de compra es bajísima”. “Los lotes que adquiere Resonac, si se suma todo lo que valen, alcanzan los 250 millones, y la propuesta es la que ya conocemos: 18,4. Es lo que hay. No voy a ponerlo ningún calificativo”, apunta para añadir a continuación que “solo en material que hay en la fábrica [el aluminio], amortizas los 18,4 y aún te quedas con dinero”.

El bajo precio por el que se vende una empresa que está en concurso de acreedores no solo se ha producido en el caso de Alu Ibérica. Ha sucedido lo mismo con su gemela de Avilés, y con los recientes concursos de Arias Infraestructuras o Nanos. En esta última, por ejemplo, la jueza y el administrador concursal justificaron el bajo precio de la venta de la firma textil (elPulpo pagó 186.400 euros) para proteger a los trabajadores. Ambos reconocieron en un auto de la jueza que aceptaron la oferta porque la otra opción era liquidar la empresa por lotes, con lo que no se habrían mantenido 35 de los 90 puestos de trabajo y la cifra recaudada sería menor. La conclusión del administrador, recogida en el auto, fue que “resulta de mucho mayor interés para el concurso aceptar la oferta de adquisición de la unidad productiva, que proceder a una liquidación ordinaria de los activos de la concursada, cuyo valor de realización sería sensiblemente inferior al señalado en el referido inventario”. Nanos entró en concurso voluntario de acreedores el pasado mes de junio con una deuda cercana a los 10 millones. Así que los 186.400 euros de la venta no suponen ni el 2% del total del pasivo. Su patrimonio, según las cuentas del año pasado, ascendía a 12,5 millones, por lo que la cantidad pagada por elPulpo supone el 1,4%.

Arias Infraestructuras

Algo similar ha sucedido con otro de los grandes concursos de acreedores que se ha producido en A Coruña el último año: el de la constructora Arias Infraestructuras. La firma con sede en Touro, Francisco Gómez, pagó el pasado septiembre 3,6 millones por todos los activos de la compañía, que estaban tasados en 8,7. Así que la cantidad abonada supone el 41,3% de la valoración de la empresa. En cuanto a la deuda, cuando entró en concurso de acreedores en marzo del año pasado, tenía un pasivo de 12,5 millones. Es decir, el pago de Francisco Gómez cubre el 28,8% de la deuda.

El caso más parecido al de Alu Ibérica es el de su planta gemela de Avilés, que ha seguido un camino similar al de la fábrica de Agrela (concurso de acreedores y posterior venta). El pasado septiembre, se anunció que Windar Renovables, que fabrica torres de aerogeneradores, tanto en tierra como mar, y subestructuras para la industria eólica marina, adquiría los activos de Alu Ibérica en Asturias. Pagó 20 millones. En este caso, los terrenos que compra son casi 5 veces más que los de su hermana coruñesa (1,2 millones frente a 250.000). La deuda de esta fábrica es de 36 millones por lo que los 20 que abona Windar Renovables suponen el 55% del total. La tasadora valoró la empresa en 40. El pago de la compradora representa el 50% de esa cantidad.

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