La economía sumergida vuelve a repuntar en Galicia impulsada por la mayor actividad

El cruce de datos entre la EPA y la afiliación a la Seguridad Social desvela que 73.300 gallegos trabajaron este verano sin estar dados de alta, 9.000 más que el año pasado

Un camarero limpia unas mesas.

Un camarero limpia unas mesas. / María José López

Manolo Rodríguez

Manolo Rodríguez

Todo buen dato económico suele tener su cara B. El fuerte crecimiento de la actividad tras el parón de la pandemia ha ido acompañado de un considerable incremento de la economía sumergida en Galicia. Una de las fórmulas que se usan para cuantificar el empleo sumergido que hay es comparar los datos de los trabajadores que aseguran tener un empleo —cifras que aparecen en la Encuesta de Población Activa (EPA) que se publica cada trimestre— con los de aquellos que están ocupados de forma oficial, que son los que señalan las estadísticas de afiliados medios de la Seguridad Social que hace públicos este organismo todos los meses.

El crecimiento de la economía, tras el parón debido a la pandemia, llevó a finales de septiembre a que Galicia alcanzase el récord histórico de ocupación. Según la EPA, más de 1.144.000 gallegos tenían trabajo en el tercer trimestre del año, la mayor cifra desde que se elabora este estudio. Pero ese incremento muestra otra realidad. La cara B. La reactivación económica ha supuesto también el aumento de las bolsas de empleo irregular que han existido siempre en la comunidad y que aumentaban o disminuían según el vaivén de la economía. La cifra de empleo sumergido, que se había reducido por el confinamiento y por la bajada de facturación de muchos sectores, ha vuelto a subir tras el retorno al crecimiento.

Cruce de datos

Si se cruzan los datos de la EPA con la cifra de afiliados medios a la Seguridad Social del pasado mes de septiembre —1.071.112—, el resultado es que en Galicia había más de 73.300 personas que aseguraban tener empleo, pero que no estaban dadas de alta. Es decir, que trabajaban de manera irregular. Con respecto al año pasado son 9.000 más. Los más de 73.300 personas suponen que el 6,6% del empleo está sumergido. O dicho de otra forma: de estar regularizados, la nómina gallega de afiliados a la Seguridad Social se elevaría un 6,6%.

Los datos de la Encuesta de Población Activa y los de afiliación a la Seguridad Social son fuentes distintas y la diferencia resultante no puede tomarse al pie de la letra. Sin embargo, los expertos coinciden en que es un indicador bastante aproximado del peso de la economía irregular, es decir, de las personas que trabajan sin estar dadas de alta como cotizantes. Debido a la bonanza económica, la cifra de empleo sumergido tocó techo durante la crisis de 2008. En septiembre de ese año, Galicia contaba con 1.081.933 afiliados a la Seguridad Social, pero los profesionales que aseguraban estar ocupados (según la EPA del tercer trimestre de 2008) eran más de 1.216.000, lo que deja como resultado que más de 134.000 gallegos trabajaban, pero no cotizaban, con lo que escapaban al control de la Administración y no realizaban ninguna aportación a las arcas públicas.

A partir de ese año, y con la crisis de los siguientes años, el volumen fue cayendo hasta estabilizarse en los 80.000 entre 2012 y 2018. En 2019, por primera vez en el siglo bajó de los 80.000 (76.200).

Con la irrupción de la pandemia, la cifra descendió rápidamente desde los 73.000 ocupados en la economía sumergida, que reflejaba la EPA del primer trimestre de 2020, hasta los poco más de 45.000 del segundo, cuando se produjo el confinamiento. En los siguientes trimestres, el volumen de trabajadores que estaban sin dar de alta se mantuvo bajo y toco suelo en el segundo trimestre de 2021 con 55.000. Con el arranque de 2022 la situación sanitaria se normalizó, lo que provocó también un incremento de la actividad irregular. Así, la diferencia entre la EPA y la afiliación a la Seguridad Social volvió a superar las 63.000 personas en el primer trimestre de ese año y cerró el tercero con 64.500. Todo parecía que la tendencia a la estabilización iba a continuar en 2023, acompañada por la anunciada desaceleración de la economía. Sin embargo, el pasado septiembre volvió repuntar hasta los 73.300 gallegos que trabajan sin estar dados de alta.

Causas

La existencia de importantes sectores estacionales, vinculados al turismo o la agricultura; las bolsas de empleo irregular que persisten en industrias tradicionales, junto con un sector empresarial muy atomizado y, por tanto, difícil de controlar, son algunos de los factores que explican este importante peso del empleo sumergido en la comunidad, según apuntan los sindicatos.

La comunidad gallega encadena cuatro meses de caída de la producción industrial

La producción industrial de Galicia descendió un 4,5% en septiembre en comparación con el mismo mes del año pasado, un retroceso más acusado que el 4,1% de bajada en el país, según los datos que publicó ayer el Instituto Nacional de Estadística (INE). Con esta caída, encadena cuatro meses consecutivos de retroceso interanual, ya que el último dato positivo se produjo en mayo. No obstante, en la media de lo que va de año, entre enero y septiembre, hay un aumento del 1,6% de la producción industrial gallega. Con la bajada de septiembre, la producción industrial española también encadena cuatro meses de tasas interanuales negativas después de los retrocesos del 1,7%, del 2,1% y del 3,6% registrados en junio, julio y agosto, respectivamente. La producción de la industria energética fue la que más bajó en el noveno mes del año, con un descenso interanual del 10,4%, seguida de los bienes de consumo duradero (-7,5%); los bienes de consumo no duradero (-6,6%) y los bienes intermedios (-1,7%), mientras que la de los bienes de equipo aumentó un 1,2%. Por ramas de actividad, las que más recortaron su producción en tasa interanual fueron confección de prendas de vestir (-39,4%), la fabricación de bebidas (-19,9%) y el suministro de energía eléctrica, gas, vapor y aire acondicionado (-12,9%).

Suscríbete para seguir leyendo