El color político de las 315 alcaldías gallegas lo decidirán solo los residentes en el municipio. Por primera vez, el próximo 22 de mayo no llegará ninguna papeleta de la emigración ya que los españoles en el exterior (1,4 millones, de ellos casi 367.000 de origen gallego) no podrán votar en los comicios locales, tal y como ratificó el miércoles el Senado. La reforma de la Ley Orgánica de Régimen Electoral (Loreg), que limita la participación de la diáspora a las autonómicas, generales y europeas, deja en el aire el futuro de un total de 103 ayuntamientos gallegos que en la actualidad tienen más de la cuarta parte de su electorado en el exterior -15 de A Coruña, 20 de Lugo, 54 de Ourense, y 14 de Pontevedra-. Los emigrantes dan por hecho que este cambio legislativo los convertirá en "ciudadanos de segunda" ya que los viajes al extranjero de los candidatos a alcalde durante la campaña desaparecerán porque, según aseguran, ya no les hará falta ir a buscar votos al otro lado del Atlántico, donde están asentados el 75% de los emigrantes gallegos.

¿Es lógico que la diáspora decida quién gobierna un municipio? ¿Por qué los gallegos residentes en otra comunidad no votan y los emigrantes afincados a miles de kilómetros, sí? Con la reforma electoral aprobada anteayer pese a las críticas de la diáspora y de las comunidades con más peso de la emigración -Galicia, Asturias o Canarias- se pone fin a la polémica que surgía en cada cita con las urnas. El 22-M ya no llegarán las sacas con votos procedentes del exterior, lo que podría variar los resultados en un tercio de los ayuntamientos gallegos que en la actualidad tienen inscritos en el CERA a más del 25% de sus electores. Y en especial en 19 de ellos que hasta ahora contaban con más del 40% de sus votantes en el extranjero.

Por provincias, las alcaldías de Ourense son las que más dependían del sufragio exterior: un total de 55 ayuntamientos con más de la cuarta parte de votantes fuera de la comunidad, lo que supone el 58,6% de los municipios de la provincia. Le sigue Lugo con 20 concellos con más del 25% de electores en el exterior, A Coruña con 15 y Pontevedra con 14.

El caso más llamativo en Galicia se da en el municipio ourensano de Avión, donde su censo exterior se sitúa en el 53%. A escasos puntos se sitúan los también concellos ourensanos de Bande (52%) y Arnoia (50%). En el extremo opuesto se encuentran los ayuntamientos de Burela y Narón, donde el CERA representa un 1% y un 2% respectivamente de los vecinos de la localidad que hasta ahora tenían derecho a voto.

En la provincia de A Coruña, 15 concellos (el 15,9% de los concellos de la provincia) tienen en la actualidad más del 25% de posibles electores en el extranjero: A Baña, Cabana de Bergantiños, Carnota, Dumbría, Fisterra, Laxe, Mazaricos, Muxía, Ortigueira, Santa Comba, Santiso, Val do Dubra, Vimianzo y Zas. En Lugo son un total de 20 con más de la cuarta parte censados en el exterior (29,8%), entre ellos Navia de Suarna, A Fonsagrada, Cervantes o Pantón. En Pontevedra, son 14 los municipios (22,5% de los de la provincia) que el 22-M tendrían más del 25% de electores fuera: Barro, Campo Lameiro, A Cañiza, Cerdedo, Cotobade, Crecente, Dozón, Forcarei, Fornelos de Montes, A Lama, As Neves, Pontecaldelas, Rodeiro y Silleda.

De los 19 municipios con más del 40% de electores en el exterior, destaca la provincia de Ourense, con 14, cuatro de ellos con más de la mitad: Avión, Arnoia, Bande y Gomesende. En el caso de A Coruña, tan solo Val do Dubra cuenta con cuatro de cada diez votantes en el exterior, en Lugo, A Fonsagrada y Navia y en Pontevedra, Crecente y A Lama.

En cuanto a las grandes ciudades, de mantenerse el voto emigrante en las próximas municipales, en A Coruña estarían llamados a las urnas casi 20.000 emigrantes, lo que supondría el 9% de su electorado. En Ferrol, apenas 3.100 (5%), en Santiago 8.224 (10%), en Lugo 6.749 (8%), en Ourense 15.937 (15%), en Pontevedra 10.364 (14%) y en Vigo 15.983 (20%).