Más de un año. Ese el tiempo que tuvo que esperar Bahamas, bandera bajo la que operaba el Prestige, para que las autoridades marítimas españolas le dieran su versión sobre la mayor marea negra de la historia en Europa. Quién decidió alejar el petrolero de la costa, por qué y a dónde lo pretendían llevar. Las tres cuestiones fueron abordadas por el entonces director de la Marina Mercante y único cargo público imputado en el proceso en curso en A Coruña, José Luis López-Sors, durante una reunión celebrada en Madrid el 25 de noviembre de 2003 con las autoridades marítimas de Bahamas. En ese encuentro, celebrado un año después de la catástrofe medioambiental que tiñó de negro más de 3.000 kilómetros de costa, el alto cargo de Fomento reconoció haber retrasado durante cinco horas el rescate del barco debido a las negociaciones con la empresa de remolcadores Smith Salvage, contratada por el armador, con el objetivo de que trajesen a tierra al capitán, Apostolos Mangouras. Además, López-Sors también admitió que la decisión de alejar el petrolero, que él asumió en solitario exculpando de cualquier responsabilidad al entonces ministro de Fomento, Francisco Álvarez Cascos, la tomó "con los ojos cerrados".

"Nosotros veníamos tomando las decisiones con los ojos bastante cerrados (?) Yo quería más información y esa información la tenía el capitán", argumentó el alto cargo de Fomento durante la reunión con el director de la Autoridad Marítima de Bahamas, John Mervyn Hones, quien acompañado por su subdirector, Stephen Clinch, y el inspector náutico Sam Bull querían conocer la versión de España para elaborar un informe sobre el accidente del Prestige. En representación de las autoridades marítimas españolas, junto a López-Sors acudieron al encuentro el entonces subdirector de Tráfico, Seguridad y Contaminación, Manuel Nogueira; el embajador en Bahamas, Manuel Piñeiro; el abogado de Estado para el Prestige, Óscar García Maceiras; y la abogada del bufete Uría Menéndez Magdalena Ectcheverria.

La tesis defendida entonces por López-Sors difiere de la expuesta durante su declaración hace apenas dos meses ante el tribunal que juzga el caso. El pasado mes de noviembre, el ex alto cargo de Fomento negó haber puesto traba alguna a los rescatadores de Smith Salvage para que un helicóptero de Salvamento Marítimo los trasladase al Prestige para salvar el petrolero. Sin embargo solo un año después de la marea negra, López- Sors reconoció a su homólogo en Bahamas "cinco horas" de retraso en el rescate "imputables" al Estado español, según recoge la transcripción de las conversaciones del encuentro y que fueron presentadas por la Administración española en el juicio en EEUU contra ABS, la clasificadora que avaló que el Prestige era apto para navegar apenas seis meses antes de que se hundiera. En concreto, el entonces director de la Marina Mercante aludió al periodo de las 19.000 horas del 14 de noviembre -un día después del mayday- a las 24.00 horas de ese mismo día.

"Hay un pequeño retraso -justificó Sors a las autoridades marítimas de Bahamas en 2003- porque yo necesito conocer información del barco, información del capitán. Le pido a Smith que ya que va, salve al capitán y que me lo traiga y que venga con el diario de navegación y las botellas de muestra de los tanques de la carga. Smith se opone".

Esa negativa es lo que le lleva, según calificó López-Sors, a un "tira y afloja" entre las 22.00 y las 24.00 horas intentando convencer a Smith de que trajese a tierra al capitán del petrolero. "Cosa que no hace", se lamentó el entonces director de la Marina Mercante.

Esa información del capitán que entonces López-Sors consideraba primordial para conocer el estado del barco, diez años después de la catástrofe aseguró ante el tribunal que juzga el caso que su departamento disponía de todos los datos necesarios para ordenar el alejamiento. El petrolero vertía, tenía el costado dañado, corría el riesgo de partirse en dos y además la legislación vigente le impedía llevar a un petrolero en esas condiciones a puerto, según defendió el exalto cargo de Fomento en su declaración en noviembre en A Coruña. La decisión que en esa misma declaración judicial aseguró que hoy volvería a ser la misma -alejar el buque de la costa- parece que no la tenía tan clara apenas un año después de la marea negra. Tras ser preguntado en varias ocasiones sobre esa decisión por las autoridades marítimas de Bahamas, López-Sors admitió en esa reunión de noviembre de 2003 no saber si la tomaría de nuevo: "Yo no sé la que volvería a tomar ahora, pero en cada momento -justificó- se toman las decisiones oportunas de acuerdo con la información que se tiene y de acuerdo con las personas que te van asesorando".

Sin entrar a juzgar si la decisión de alejar el Prestige fue o no la más acertada, el director de la Marina Mercante de Bahamas se preguntó por qué no lo llevaron a aguas tranquilas ya que, según sus informaciones, "hubo 36 horas" durante las que el petrolero no perdió fuel. Este dato fue negado por López-Sors, quien mantuvo que el monocasco vertía y corría el riesgo de partirse en dos. Aunque reconoció que a partir del "cuarto día" las condiciones "eran muchísimo mejores" -"el mar estaba en calma" y "se podría haber progresado hacia mares tranquilos"- el alto cargo de Fomento insistió en que el buque vertía y estaba "seriamente dañado en el costado". "No sabíamos si sus tripas, si esos manparos, estaban también dañados (...) Si hubiéramos acercado el barco a la costa se hubiera roto al poco tiempo", concluyó.