El auto de cierre de la instrucción de la operación Campeón recoge un "análisis aparte" sobre la conducta del exdiputado del PP Pablo Cobián, que para la juez actuó como mediador, presionando al director del Igape, para acelerar los trámites y favorecer la concesión de las subvenciones a Nupel. Con ello solo quería dinero para financiar la carrera como piloto de rallies de se hijo. Era un "interés espurio", dice la juez, con el único fin de obtener un "montante económico bajo la apariencia de patrocinio" para destinarlo a pagar la presencia de su hijo en las competiciones, algunas en Italia.

Pero como la firma de la concesión de las ayudas se retrasaba para intentar subsanar todas las irregularidades en las subvenciones de Nupel, Pablo Cobián se desesperaba llamando Dorribo y a sus socios para reclamar su parte, que él consideraba que debían ser unos 120.000 euros. Y como no iba a cobrar hasta que el Igape resolviese el expediente, pues también llamaba a Joaquín Varela para presionarlo.

El auto recoge la premura que tenía el exparlamentario para financiar los rallies de su hijo. "Ahora que lo del Igape está resuelto, quiero ver lo mío, que ya va siendo hora", le espeta Cobián a uno de los imputados, Carlos Monjero, en una comida en un restaurante de Santa Cruz vigilada por agentes de Aduanas.

Aunque las cifras no están muy claras, el auto indica que Pablo Cobián pudo haber recibido por sus gestiones unos 60.000 euros y que quedarían por abonar otros 37.000 más IVA, dado que Carlos Monjero y Javier Rodríguez ya le había pagado además otros 13.000 euros.