La Justicia europea ratificó ayer la imposición del análisis químico de biotoxinas marinas como sistema absoluto y de referencia para detectar y evaluar lo que popularmente se conoce como mareas rojas, en vigor desde el pasado 1 de enero. El Gobierno central, a petición de Galicia, presentó en 2011 un recurso ante el Tribunal General de la UE, que ayer falló en su contra, por lo que relega a un segundo lugar el método biológico de bioensayo en ratón, aplicado tradicionalmente en la comunidad gallega.

La Unión Europea se posiciona a favor del método químico de detección de biotoxinas por considerar que protege más adecuadamente la salud de los consumidores. "El mantenimiento del método biológico para la detección de toxinas lipofílicas constituye un riesgo para la salud pública, por lo que la CE, como instancia responsable de la adopción de medidas para preservar un alto nivel de protección de esa salud pública, estaba obligada a adoptar sin demora medidas con esta finalidad", afirma el Tribunal General en la sentencia, que argumenta además que el método químico fue validado por un estudio realizado por laboratorios de los estados miembros.

La UE rechaza también el antiguo procedimiento -que podrá seguir utilizándose solo para toxinas emergentes- por presentar "lagunas" y tener una alta variabilidad en los resultados. El tribunal pretende reducir además con esta sentencia el número de ensayos con animales. Esto significa salvar unos 18.000 ratones al año, que son los utilizados por el Instituto Tecnolóxico para o Control do Medio Mariño (Intecmar) en Galicia para realizar las pruebas de bioensayo que determinan, posteriormente, las aperturas o cierres de bateas de mejillón y bancos marisqueros.

Tras la resolución, el Gobierno gallego estudia si presenta o no un recurso con la intención de lograr que se mantenga el método biológico. La Xunta puede interponer un recurso de casación ante el Tribunal de Justicia en un plazo de dos meses a partir de la notificación de la resolución. La Consellería do Mar argumenta que el Laboratorio Comunitario de Referencia de la UE permitió la semana pasada la modificación del procedimiento para determinar la presencia de toxinas lipofílicas en bivalvos en conserva. Y este cambio de criterio demuestra, según el Gobierno autonómico, que el método químico impuesto por Bruselas "es ineficiente", y abunda en ello para resaltar que la modificación introducida la semana pasada reconoce un fallo en el método químico, que fue detectado gracias al trabajo conjunto realizado entre el Intecmar y el sector.

La Xunta considera además que la CE no tomó en consideración el impacto económico que el cambio de método tendrá sobre el sector productivo afectado. "La protección de la salud tiene una importancia preponderante con respecto a las consideraciones económicas, por lo que puede justificar consecuencias económicas negativas, incluso considerables, para determinados operadores", contestó, al respecto, el Tribunal General de la UE.