El endeudamiento público se mide habitualmente, además de en términos absolutos, sobre el Producto Interior Bruto (PIB) para así analizar su impacto desde el punto de vista del tamaño de la economía. El estudio de Funcas sobre la estabilidad de las cuentas regionales da un paso más y lo coloca frente a la capacidad de un ejecutivo para obtener ingresos. Sus recursos corrientes, los habituales. La deuda, bajo este parámetro, se dispara en el conjunto de las regiones al 170,4% y hasta el 262,3% en la suma de todas las administraciones españolas.

El endeudamiento de Galicia equivale al 121,7% de sus recursos ordinarios. La comunidad ocupa el séptimo lugar entre las menos endeudadas, frente a los disparados índices de Cataluña (273,1%) o Comunidad Valenciana (272,7%).

Funcas resalta el ahorro bruto negativo "pendiente de corregir aún" en el sector autonómico, que ni en los tiempos de bonanza logró superávit. "Hay que preguntarse si el Gobierno central dispone de instrumentos adecuados para que una mejoría en los ingresos de las comunidades asociada al ciclo económico no se traduzca en más gasto, sino en superávits que permitan reducir la deuda", plantea Cuenca. Las medidas preventivas, correctoras y coercitivas de la ley Orgánica de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera de las Administraciones Públicas "no se están aplicando". "Quizá ha llegado el momento -añade el profesor de la Universidad de Zaragoza- de fijar objetivos de estabilidad distintos según las comunidades y parece ineludible aplicar la regla de gasto en los presupuestos iniciales". El análisis de Funcas apuesta por reformar el sistema de financiación y "orientarlo a la corresponsabilidad fiscal", además de impulsar "un método de sanción de los incumplimientos".