Aldara, Alfonsina, Alicia, Anacleta, Anita, Antonia, Candela, Isabela, Josefa, Rebeca, Rosa, Paloma o Verónica... Nombres comunes en el nomenclátor gallego con los que muchos ganaderos han bautizado a las vacas de sus explotaciones. Los productores gritan a diario sus nombres para que salgan de la cuadra a pastar, para que no se desvíen del camino hacia el prado del vecino o por la noche de regreso a la granja. De leche o de carne, rubias o pintas, la mayoría de las casi 600.000 reses que hay en Galicia ya están bautizadas, bien con nombres comunes, otros que responden a sus rasgos físicos o a su carácter e incluso algunos se dirigen a sus reses como estrellas de la canción o del espectáculo.

En el país del millón de vacas -en el que por la crisis del lácteo cada vez son menos- este animal bien podría tener su propio santoral. Sea o no cierto el estudio de la Universidad de Newcastle que asegura que las vacas que tienen nombre producen más leche, los gallegos suelen tratar a sus reses como una mascota más de la familia eligiendo cómo llamarlas igual que ocurre, por ejemplo, con los perros o los gatos.

¡Pasa Rubia! Es una de las expresiones que más frecuente sería escuchar a los ganaderos gallegos cuando sacan a pastar a su ganado porque Rubia es el nombre más común en el campo gallego. Rubia suele pastar con Lindas, Palomas, Xatas y Romeras, que según el ranking de la Asociación Nacional de Criadores de Ganado Vacuno Selecto de Raza Rubia Galega (Acruga) lideran el top cinco de nombres más habituales.

En algunos casos los nombres están relacionados con características físicas del animal, casi siempre con el color de su pelaje. Así además de Rubias pueden encontrarse Roxas, Pintas, Blancas o Marelas. A veces se tienen en cuenta no solo la apariencia sino también el carácter, lo que explica que haya vacas cuyo nombre da una pista sobre su comportamiento en la granja. Puede ser Abusadora, Alegre, Bendita, Buena, Bruja, Cabezona, Capitana, Calurosa o Jefa, algunos de los nombres más comunes con los que se designa la personalidad de algunas reses.

En el campo gallego también está muy presente el mundo de la música y de todos los estilos. Desde la música de la movida de los ochenta con vacas bautizadas como Alaska, a la copla de las que se llaman Pantoja pasando por el pop de las Chenoas y Beyoncés que abundan en las granjas de la comunidad y los ritmos latinos de Shakiras y Thalías. El fútbol se cuela en las explotaciones gallegas con vacas bautizadas como Ronaldinha e incluso de la realeza con varias llamadas Letizia o Leonor. En explotaciones de más de un centenar de animales es complicado buscar nombres para toda la cabaña y que no se repitan. Por eso, a veces es necesario echarle imaginación y eso explica que el listado recoja nombres curiosos y poco frecuentes como Androia, Botilde, Espinaca, Flowers, Folerpa, Moscovita o Venus.