Podemos y Esquerda Unida (EU) han logrado imponer su criterio frente a Anova y la asamblea de mañana de En Marea, que coincide con el quinto aniversario del movimiento 15-M, no someterá a votación la fórmula jurídica de la alianza para las nuevas elecciones generales del 26-J, como querían los nacionalistas, dando por bueno el pacto alcanzado entre las cúpulas en la mesa de coordinación de este sujeto político para repetir experiencia.

Los de Xosé Manuel Beiras deseaban convertir En Marea en partido instrumental para maximizar las opciones de crear un grupo propio en el Congreso, pero sus aliados sostienen que esa vía no garantiza éxito en ese objetivo, al tiempo que la división de las confluencias debilitaría a Podemos en el Congreso.

En la cita tampoco se someterá a votación ni a debate un reglamento de la confluencia de cara a las autonómicas. Fuentes de la izquierda rupturista alegan la necesidad de rebajar el ruido y centrarse en las generales para tomar esa decisión.

De momento, los tres socios registraron su coalición para participar en los comicios, si bien Anova ya ha advertido de que lo hace de manera preventiva, sin cerrar la puerta al partido instrumental, pues el plazo final expira el 23. Para pulsar a sus bases ha decidido someter a su voluntad la reedición de En Marea en las mismas condiciones, lo que Podemos y Esquerda Unida entienden como falta de respeto a los acuerdos de la mesa de coordinación. Precisamente esa queja ha sido la tónica habitual de los nacionalistas respecto al funcionamiento de En Marea tras su éxito electoral el pasado 20-D, cuando debutó con más de 408.000 votos, seis escaños en el Congreso y dos actas en el Senado.

Anova también someterá a primarias la ratificación de sus candidatos, después de situar a Alexandra Fernández como número uno por Pontevedra y a Miguel Anxo Fernán Vello en el mismo puesto por Lugo.