Dos incendios forestales de gran magnitud en Muíños y Oímbra, en el sur de Ourense, movilizaron ayer a los medios de extinción y generaron alarma entre la población al acercarse peligrosamente a las casas en varios pueblos. Ambos fuegos, activos al cierre de la edición, superan cada uno las 500 hectáreas arrasadas, por lo que se convierten en los primeros grandes incendios forestales de la temporada en la provincia de Ourense. Ambos focos, separados geográficamente por los concellos de Calvos de Randín, Baltar y Cualedro, están pegados a la frontera portuguesa. Un tercer fuego, activo a última hora de ayer en A Illa y Olelas, Entrimo, superaba las 60 hectáreas también en la raia y afectaba, al igual que el de Muíños, a territorio del Parque Natural do Xurés. Por lo tanto, las llamas han calcinado en este paraje, Reserva de la Biosfera transfronteriza, más de 560 hectáreas. A este catálogo de fuegos en una jornada negra en la que prácticamente toda la provincia de Ourense estaba en alerta naranja por calor, se suma otro incendio forestal en Brués, Boborás, comarca de O Carballiño, en el que ardieron más de 20 hectáreas. Al cierre de esta edición, los cuatro permanecían activos.

Fue un día muy duro para vecinos, brigadistas, efectivos de emergencias y medios aéreos que trabajaron sin descanso para atajar la situación y evitar daños materiales y humanos. De hecho, las llamas pusieron en riesgo a la población tanto en Muíños como en Oímbra por lo que la Xunta activó el nivel 2 de alerta como medida preventiva. En Muíños, el fuego avanzó descontrolado por el viento, cercó la localidad de Requiás y bordeó el embalse de Salas, arrasando a su paso más de 500 hectáreas del Parque Natural do Xurés. Ya por la noche, avanzaba hacia Salgueiros y Prado.

En Oímbra, con un fuerte viento en contra, también se vivieron momentos de mucha tensión. Medio Rural activó el nivel 2 en Bousés y Espiño, pero al cierre de la edición la alcaldesa, Ana Villarino, alertaba de la proximidad de las llamas también a los pueblos de A Granxa y As Chas. Hubo muchísimos nervios en este fuego, especialmente a primera hora de la tarde, cuando la Guardia Civil entró en Espiño pidiendo a los vecinos, unas 50 personas, que abandonasen sus viviendas y se concentrasen en la plaza, según la alcaldesa, que no duda de que detrás de este fuego, que comenzó "al lado de una casa" en Bousés, "está la mano del hombre". A media tarde, los vecinos pudieron regresar a sus hogares aunque el fuego avanzaba sin control y cruzó la carretera de Videferre, que estuvo temporalmente cortada.

La situación en la provincia fue calificada por la conselleira de Medio Rural, Ángeles Vázquez, que visitó Oímbra, de "muy crítica" y señaló que fue un "día terrible" para Galicia, tras declararse "más de 40 fuegos" en la comunidad, con situaciones de emergencia por la proximidad a las casas.