-Usted es también director gerente de la asociación de armadores de Marín, que está inmersa en un programa de valorización de los descartes. ¿En qué punto se encuentra?

-En estos momentos estamos empezando el tercer año del proyecto, que acaba en 2018. Tuvimos una reunión recientemente con el CSIC [Consejo Superior de Investigaciones Científicas] para programar los nuevos embarques en la flota, que se pueden hacer a finales de este mes. En total se han programado 50 embarques entre la flota que pesca en aguas de Portugal y en el caladero nacional. Esto se hace para ver exactamente cómo es la composición de las capturas, qué niveles de descartes hay y de qué especies. Podremos tener unos datos muy fiables. Además, está el iObserver, el equipo que verifica qué capturas entran en el parque de pesca.

-¿Cuándo estará lista la planta piloto que servirá de punto de valorización de las especies hasta ahora no utilizadas?

-Me consta que en estos momentos el CSIC y la empresa que hará la instalación del equipo, Talleres Josmar, están trabajando en ello. Calculo que en el primer trimestre de 2017 prácticamente esto debería estar finalizado. Se instala en una zona del puerto de Marín totalmente determinada, en un espacio ubicado dentro de la lonja.

-¿Qué significa para los armadores de Marín, y para el conjunto de los gallegos en general, este proyecto?

-Sabemos que en 2019 todas las capturas de especies sujetas a TAC [totales admisibles de capturas] y cuotas tenemos que traerlas a tierra. Lo que tratamos es de ponernos ya en 2017 en la situación que vamos a tener para entonces. Somos un poco el conejillo de indias y queremos ver qué puede suponer eso, qué costes adicionales va a tener, qué espacios de bodega se van a ocupar, qué va a suponer esto sobre las cuotas que tienes disponibles? Queremos ver si de las conclusiones de este proyecto podemos flexibilizar todo este proceso. Luego, nos interesa la parte económica: ver si de esos descartes se puede sacar un aprovechamiento económico.