Abandono del monte y plantas pirófilas fueron claves en la propagación del fuego de Pedrógão Grande. El abandono del uso agrícola llevó a una "matorralización" que ayuda a propagar el fuego junto a "la regla de los tres 30" -temperatura superior a 30 grados, humedad por debajo y vientos de más de 30 kilómetros por hora-. Así se lo trasladaron a Rosa Mosquera, presidenta de la Federación Europea Agroforestal (Euraf) y profesora de la Universidade de Santiago, delegados portugueses de la entidad y esta señala las vinculaciones entre Portugal y Galicia, ambos en una zona con "frecuencia" de fuegos. Estima que en la comunidad gallega hay unas 600.000 hectáreas de matorral abandonadas y sin uso. Destaca que existen "unos montes con una carga de biomasa mucho más elevada de lo aconsejable" y en una comunidad también "afectada por el cambio climático" ve "muy sencillo" reunir las condiciones de la "regla de los tres 30". Galicia, apunta, tiene "un 20%" de su territorio agrícola sin usar y ve "ejemplos claves en zonas de Ourense", "con grandes matorrales que no se emplean".

Por eso, pide aprovecharlas y recuerda que grandes oleadas de incendios se producen cada década, "tiempo que tarda la biomasa en acumularse". En ese sentido, reivindica una política de gestión del monte "más decidida" y aconseja sentar a administración, agricultores, ganaderos y forestales para solucionar el "problema de la gestión de tierras". En Galicia hay 1,4 millones de hectáreas de monte arbolado, por lo que el desbroce mecanizado, opina, supone un "elevado coste". "O nos ponemos las pilas y hacemos sistemas de prevención adecuados como el pastoreo en el monte o tendremos que seguir costeando servicios de extinción de incendios, que a veces se ven desbordados", avisa Mosquera.