Las llamas han vuelto a prender en la provincia de Ourense, apenas diez días después de la oleada de fuegos que arrasó más de 14.00 hectáreas. Ayer, cerca de las 13.00 horas, se declaraba un incendio forestal en la parroquia de San Mamede, situada en el concello de Viana do Bolo. Los medios de extinción conseguían derrotarlo poco después de las 21.10 horas, cuando ya había arrasado una superficie de 48,65 hectáreas, 47,2 de monte raso y el resto de arbolado.

Según explicaba el alcalde del municipio, Secundino Fernández, la proximidad de las llamas al núcleo de Tabazoa de Edroso, con una veintena de residentes, provocó "una situación peligrosa" en la que se vivieron "momentos muy tensos" entre los vecinos. Con este incendio, el municipio suma ya 53 desde enero de este año.

"El fuego se extendió con tal virulencia y el viento era tan fuerte, que temimos que llegase hasta las casas"; aseguraba ayer el regidor vianés. Finalmente, el avance de las llamas conseguía detenerse a su llegada a una pradera que rodea a una explotación ganadera de la zona. "Se quemaron los cierres de la explotación y ardió bastante superficie de la pradera, pero el fuego ya no pasó de ahí", recordaba Secundino Fernández.

"Esta vez sí hubo medios de la administración autonómica y aunque también se pusieron a disposición los medios locales, el peligro pasó pronto", reconocía el primer edil de Viana do Bolo al comparar lo vivido ayer con lo que tuvieron que enfrentar hace casi dos semanas. Concretamente, y según los datos de Medio Rural, para apagar este fuego se movilizaron cinco agentes, 14 brigadas, siete motobombas, dos palas, ocho helicópteros y un avión.

Medio centenar de hectáreas, que se suman al cómputo negro que ascendió a 2.500 de la superficie del territorio del municipio calcinadas en la pasada oleada incendiaria.