El rural gallego afronta su peor crisis. La sequía que suma ya cinco estaciones consecutivas, las heladas y el granizo que devastaron viñedos, la nieve que destrozó soutos de castaños y la ola de incendios de octubre que redujo a cenizas más de 49.000 hectáreas pasan factura a los agricultores y ganaderos gallegos. Las pérdidas ocasionadas por las condiciones meteorológicas y los fuegos forestales rondan los 130 millones de euros, según estimaciones del sindicato Unións Agrarias (UUAA).

"Esta es la peor crisis que vive el campo gallego, porque encadena varias seguidas, a las heladas de abril, le sucedió el granizo de mayo, la sequía acabó por arruinar todo. Y a estos daños hay que añadir los causados por los incendios en el sector de la madera", apuntan desde UUAA. La asfixia de los agricultores y ganaderos se agrava, según advierten, con las campañas de "captación de impuestos" lanzada por el Ministerio de Hacienda, desde el catastrazo en el rural (obliga al pago de la contribución rústica por granjas, establos, naves, galpones o invernaderos) hasta el IVA que reclama a las explotaciones agrarias cedidas de padres a hijos.

Desde hace meses, el sector agroganadero ha vuelto a tener que tirar de la calculadora para echar cuentas y evitar tener que abandonar sus explotaciones. Los peor parados por los daños causados por los efectos del cambio climático, con episodios de sequía cada vez más frecuentes, son los propietarios de granjas cárnicas, con casi la mitad de las pérdidas que soporta este año el rural gallego. Un total de 60 millones en facturas en las explotaciones de carne de la comunidad por la falta de lluvias y los incendios que han laminado el forraje y la hierba para el ganado. Esta falta de pastos se traduce en un gasto extra en alimentación de tres euros/día por vaca.

Las pérdidas en los cultivos de cereales en Galicia alcanzan los 10 millones de euros. En toda España el golpe al trigo, centeno, maíz y también a la remolacha rondan los 1.250 millones de euros; a lo que hay que sumar otros 800 millones en los olivares, 65 millones en los campos de almendros y 35 millones en los de girasol.

Las heladas y el granizo dejaron en los viñedos del país una factura en daños de 500 millones, 12 de ellos en Galicia. La castañeira de este año también se vio dañada por la falta de lluvia de este año. La sequía impidió que el fruto cogiese tamaño y madurase en condiciones óptimas, por lo que la merma de la cosecha hizo perder a los productores en la comunidad 4 millones de euros.

En el sector de la apicultura, Galicia concentra el 10% de las pérdidas de todo el país: un total de seis millones. "Además de la pérdida de producción, hay un gasto extra porque hay que alimentar a las abejas", destacan desde UUAA.

El sector lácteo suma otros cuatro millones en pérdidas. Los daños no se deben tanto a la falta de forraje para la alimentación del ganado sino al abastecimiento de agua. Los ganaderos estiman que el millón de euros que aprobó la Xunta da para unos 80 pozos. "No basta ni para cubrir el 25% de las necesidades que hay", advierten.

Los agricultores y ganaderos gallegos reclaman a Gobierno central y autonómico que tomen medidas para frenar los efectos de la sequía y que se convoque de manera urgente la Mesa de la Sequía a nivel nacional. A la Xunta, Unións Agrarias le reprocha que en todo el año solo haya convocado un Consello Agrario -ya el pasado mes de febrero- cuando los estatutos fijan un total de cuatro. Ante la ola de incendios de octubre, reclaman "excepciones" a la normativa de la PAC para que aquellas explotaciones que afectadas por la ola de fuegos o la sequía no pueden cumplir sus compromisos u obligaciones "no se vean penalizadas". En la lista de demandas, también incluye a la Unión Europa, a la que piden que active el Fondo de Catástrofes Naturales para situaciones excepcionales; así como urgen al Gobierno central y autonómico que activen medidas para aportar liquidez a los productores afectados.