Los temporales Emma, Félix o el último, Gisele, lastraron la pesca gallega. La imposibilidad de que la flota salga a faenar provocó el peor inicio del año en descargas en las lonjas gallegas desde 2003 al descender en 3.918,8 toneladas respecto a 2017. Los ingresos son los más bajos del último lustro, con 6,11 millones de euros menos que el año pasado. Fuentes del sector apuntan que es "difícil" analizar qué flota o arte se vio más afectada, si bien destacan que los centros de primera venta que viven más del marisqueo lograron mejores resultados.

Los datos provisionales que recoge la Plataforma Tecnolóxica da Pesca -dependiente de la Consellería do Mar- indican que hasta el 15 de marzo se subastaron 21.578 toneladas de diferentes especies de pescado por 63 millones de euros, mientras que en el mismo periodo del año pasado casi se alcanzaron las 25.500 toneladas, por 69,25 millones de euros. La cifra de desembarques de pescado en los centros de primera venta de Galicia es un 15% inferior a la de 2017 y representa la más baja desde 2003 (15.029,9), mientras que los ingresos son un 8,8% inferiores a los del pasado y los peores del último lustro (61,13 millones de euros en 2014). "Llevamos una quincena muy mala, pero ya antes tuvimos semanas con pesca cero", lamenta un representante del sector.

Las descargas de pescado en la lonja de A Coruña, una de las principales de la comunidad, descendieron un 18,8% (con 837,56 toneladas menos) hasta las 3.615, frente a las 4.453 del año pasado. Los ingresos también experimentaron una bajada, aunque el porcentaje fue menor: el centro de primera venta coruñés facturó 9,74 millones de euros hasta el 15 de marzo, un 13% menos que en 2017 (11,19 millones).

La lonja de Vigo también registró descensos. Hasta el día 15 las estadísticas de la Consellería do Mar recogían ventas de pescado por valor de 19,55 millones de euros. Esto supone una diferencia de 2,4 millones (11% menos) respecto al mismo periodo del año pasado (casi 22 millones), mientras que las descargas se redujeron en 1.300 toneladas (un 22%), hasta las 4.516,7. La práctica parálisis del grueso de la flota cerquera, que entre el temporal y la parada habitual de inicio de año -unido a las escasas cuotas y al veto de sardina hasta mayo- apenas salió a pescar, marcaron la bajada.

La de Burela, en Lugo, es otra de las cuatro lonjas más importantes de Galicia que sufrió un descenso en las subastas -los temporales apenas afectaron a la de Ribeira-. Los ingresos del centro de primera venta lucense bajaron hasta los 11,98 millones (1,77 millones menos que el año pasado, casi un 13%) por la comercialización de 3.213 toneladas, lo que supuso una caída del 9% en relación con el pasado ejercicio (3.528,6 toneladas).

Los otros grupos de especies

"El primer trimestre fue fatal y es algo que se nota más en las cofradías que se dedican a estas especies [de pescado]", indica un portavoz de la flota gallega. En el caso de los crustáceos, sin embargo, las descargas aumentaron un 8%, hasta las 143,86 toneladas (10,6 más que el año pasado), mientras que los ingresos bajaron hasta los 1,9 millones de euros, un 14% menos que en el mismo periodo de 2017 (2,22 millones).

La escasez de pulpo desde el inicio de la campaña el año pasado es una de las principales causas de la reducción en más de un millón de euros (-14,5%) en la facturación de las lonjas gallegas por la venta de cefalópodos, hasta los 5,9 millones, frente a los 6,9 del año pasado. Las descargas disminuyeron en un porcentaje mayor, del 37%, al subastarse hasta el 15 de marzo 915,2 toneladas, 544 menos que en el mismo periodo de 2017 (1.459,6).

La situación fue menos grave en el caso de los bivalvos. El marisqueo salva los resultados de algunas lonjas de la comunidad a pesar del descenso del 2,3% de las descargas (32,7 toneladas menos, hasta las 1.392). Los ingresos de los centros de primera venta gallegos por la comercialización de estas especies, sin embargo, aumentaron un 10%, hasta los 11,12 millones de euros, frente a los 10,15 millones del inicio del año pasado.