Uno de los mayores incendios de la fatal jornada del 15 de octubre de 2017, cuando una oleada de fuegos redujo a cenizas casi 50.000 hectáreas de monte en toda Galicia, tuvo su inicio en la parroquia de Morgadáns, en Gondomar. Nació en el barrio de Vilas y avanzó sin control por este municipio pontevedrés, alcanzando también a Vigo. En total, ardieron casi 1.500 hectáreas. Transcurridos algo más de seis meses, la Guardia Civil detuvo a las personas a las que atribuye este fuego, dos hermanos pastores de la localidad, Miguel y Juan, que ayer, tras comparecer ante el juez, quedaron libres aunque con la imputación de un delito de incendio forestal. La sospecha del Instituto Armado en base a los indicios que fueron recabando contra ambos hombres, de 56 y 58 años, es que habrían causado las llamas para eliminar matorral y regenerar pastos. Uno de ellos tiene una explotación con cabras y ovejas, aunque se considera que ambos trabajaban en la misma.

Los detenidos pasaron a disposición del Juzgado de Instrucción 8 de Vigo ya al mediodía. Llegaron rodeados de agentes del Seprona, grupo que llevó las pesquisas. Los hermanos salieron después libres, en calidad de investigados, junto a sus abogados de oficio. Nadie pidió el ingreso en prisión. "No tienen nada que ver con este asunto", dicen en su entorno. Con uno se completó el interrogatorio judicial, pero en el caso del otro imputado se interrumpió al evidenciarse que parecía tener serias dificultades para entender las preguntas que se le hacían. El juez pedirá que sea examinado por un médico forense para que determine su capacidad mental y de comprensión. Su hermano, que camina ayudado por un bastón, también será sometido a un examen, pero físico. No se les impusieron medidas cautelares.

Hasta ahora había dos detenidos y tres investigados por esa ola de incendios, sin relación entre ellos. Estas dos nuevas detenciones tienen la particularidad de que por primera vez es por uno de los grandes fuegos de aquel día, de los que provocó más pánico entre la población. Se originó concretamente en Gondomar y avanzó, ayudado por el fuerte viento y la sequedad, por este municipio y por el de Vigo. Se vieron amenazados núcleos de población, así como el polígono industrial de A Pasaxe (Vincios) o, ya en la urbe olívica, la zona del parque tecnológico de Valladares o la Universidad. Las llamas alcanzaron el Monte Galiñeiro.