El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, esgrimió ayer el altercado de la diputada de En Marea Paula Quinteiro con la Policía Local de Santiago para defenderse de las críticas del líder de Podemos, Pablo Iglesias, en el Congreso por la dimisión de Cristina Cifuentes como presidenta de la Comunidad de Madrid tras haber obtenido un máster universitario sin cumplir los requisitos exigidos y desvelarse un vídeo en el que era cazada intentando robar cremas en unos grandes almacenes hace varios años. Rajoy acusó a Quinteiro de "romper espejos" de coches aparcados en la calle, aunque no existe denuncia alguna contra ella.

"Puede ocurrir que pretenda con sus cuestiones que hable de la diputada de mi pueblo, mi pueblo es Galicia, y de su partido que dedicaba sus merecidos días de asueto a romper espejos retrovisores de personas que tenían la osadía de aparcar su coche en la calle por la que ella transitaba", espetó Rajoy tras escuchar los reproches de Iglesias, que le pidió garantizar la limpieza del relevo de Cristina Cifuentes y citó sus predecesores. Aseguró que los relevos desde el adiós de Esperanza Aguirre se tradujeron en dirigentes "manchados", incluida esta, caso de Ignacio González y Cifuentes. Rajoy, sin embargo, se revolvió citando polémicas en las filas moradas y tiró de retranca para destacar su "armonía" interna. Sobre el antiguo número 2 de Podemos, Íñigo Errejón, aseguró que fue "un becario que cobró sin aparecer por la universidad" y del actual secretario de Organización, Pablo Echenique, dijo que "no pagaba la seguridad social" a una persona que había contratado. En ese contexto citó a Quinteiro, cuyo caso se ha convertido en el detonante de la crisis interna que En Marea sufría soterradamente tras conocerse que exhibió su carné de diputada ante la Policía cuando unos agentes forcejeaban con uno de sus acompañantes hace un mes en Santiago tras tratar de identificarlo después de recibir quejas vecinales sobre la rotura de retrovisores.