En 2015, las cinco denominaciones de origen gallegas recolectaron 63,5 millones de kilos de uva. Un año después fueron 60,8. Y el ejercicio pasado se alcanzaron los 61,1. Fueron la tercera, quinta y cuarta mayores cosechas de la historia. Solo fueron superadas por los 78 millones de 2011 y los 64 de 2006. Pero la vendimia de 2018, que comenzará a partir de mediados de septiembre en todas las denominaciones, no alcanzará los 60 millones, según las previsiones que manejan productores y bodegueros.

La culpa la tiene la meteorología. Ha sido un año muy húmedo con tormentas y alternancia de periodos con altas y bajas temperaturas; un caldo de cultivo perfecto para los hongos lo que ha provocado los ataques, sobre todo, de mildiu que ha diezmado los viñedos en todas las denominaciones, aunque con diferente virulencia según las zonas.

El consello regulador de Rías Baixas ya ha avisado de que espera recoger un 10% menos de uvas que el año pasado. Y cuando esta denominación estornuda el resto se acatarra. Más del 50% de la producción gallega sale de estas tierras. La previsión que manejan las 183 bodegas y los 5.293 viticultores es que se recolecten 36 millones de kilos de uva, frente a los 39 del ejercicio pasado.

El índice de fertilidad de este año en esta denominación es mayor que en 2017. A pesar de ello, se prevé una merma en la cosecha de un 10% debido principalmente a "problemas de corrimiento de flor y enfermedades fúngicas, sobre todo mildiu".

Al contrario que en los dos años anteriores en los que la vendimia se tuvo que adelantar a finales de agosto -la del ejercicio pasado en Rías Baixas empezó el 24 de agosto-, en esta ocasión la recolecta vuelve a sus fechas habituales.

Algunas denominaciones empezarán en la segunda semana de septiembre, pero el grueso de los trabajos se realizará durante la tercera. Las bodegas de Rías Baixas calculan que la vendimia arrancará a partir del 20 de septiembre. Aunque la fecha final, como en el resto del territorio, dependerá de las condiciones meteorológicas.

O Ribeiro es la segunda denominación en importancia con una quinta parte de la producción. También ha recibido los ataques del mildiu, oidio y black rot, aunque no ha sufrido, hasta ahora, los daños del granizo y de las heladas del pasado año. Las expectativas eran muy buenas antes de los ataques, pero se han desvanecido tras la llegada de las plagas de hongos. Tiene previsto arrancar la vendimia a partir de la segunda semana de septiembre, y será entonces cuando compruebe si es capaz de alcanzar los 9 millones de kilos de uva del año pasado.

Los ataques de mildiu y black rot y las granizadas también han afectado a la Ribeira Sacra. El consejo regulador de esta denominación prevé que se recoja una cantidad similar a los 5,5 millones de kilos del año pasado y que la vendimia arranque a partir del 20 de septiembre. Esta semana se iniciaron los controles de maduración en las viñas para determinar el estado de la uva y ayudarán a establecer la fecha oficial para el inicio de los trabajos. En cuanto a la calidad de la uva dependerá del tiempo y si hace calor será de buena calidad, aseguran desde esta denominación.

En Valdeorras la situación es más complicada y el consello regulador ha acordado solicitar ayudas a la Xunta para paliar el descenso de producción. Las plagas afectaron de forma irregular a los viticulores de esta zona: algunos tendrán una buena producción, pero otros recogerán la mitad de lo que suele ser habitual. Por ejemplo, la pérdida en la garnacha puede alcanzar el 60% y en godello, un 50%. La mencía es la menos afectada por las plagas de hongos de las últimas semanas con una caída del 10%. Esta denominación maneja el 13 de septiembre como posible arranque de la vendimia.

Los problemas fitosanitarios también han afectado a las uvas de Monterrei. Sin embargo, la previsión es que la cosecha sea superior a la del año pasado cuando, debido a las heladas, se recogieron solo 2,8 millones de kilos. La media de los últimos años estaba en los 4 millones. Como el resto, el arranque de la vendimia será a partir de la segunda semana de este mes.

En todas las denominaciones, las condiciones meteorológicas adversas han provocado que los viñedos presenten una situación muy heterogénea por lo que resulta más complicado estimar la producción con la misma precisión que en 2017. Pese a ello, la previsión es que no se superen los 61,1 millones de kilos recogidos el año pasado.