"¿Ves la hora que es? Pues ahora empiezo a poner sentencias?". La frase la pronuncia una magistrada de Instrucción. Son casi las dos de la tarde y, tras haber celebrado vistas durante la mañana, se dispone todavía a preparar varios fallos judiciales. La reacción se produce al preguntarle su opinión sobre la propuesta que planea en el marco del plan de refuerzo que se desplegará en los juzgados gallegos para recuperar el trabajo que se acumuló durante los tres meses de huelga de los funcionarios judiciales.

La idea, en el caso de los jueces y siempre que el Ministerio de Justicia aporte la dotación económica necesaria, es que hagan horas de más en su propia sala o bien, sin dejar su tribunal, refuercen además otro que esté más atascado. Varios magistrados gallegos consultados por este diario lo ven sin embargo "inviable". "Bastante trabajo y esfuerzo me supone ya llevar el trabajo que tengo ahora", resume uno de estos profesionales.

Representantes de la Xunta y el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) se reunieron esta semana para perfilar cómo se llevará a cabo la segunda fase de un plan de refuerzo que se extenderá a la mayoría de juzgados. El colectivo que protagonizó el paro judicial, el de los funcionarios, dependientes de la Xunta, harán horas extras para poner al día las salas. El objetivo es que empiecen el 1 de octubre.

En el caso de jueces, letrados de la Administración de Justicia y fiscales, su participación en este proceso está supeditada a que el ministerio, de quienes dependen estos colectivos, aporte la dotación económica para sufragarles el trabajo de más que hagan. En el caso concreto de los jueces, lo que se propone es que sean los propios titulares de las salas, siempre de forma voluntaria, autorreforzando las suyas propias o haciendo labores de apoyo en otras con más trabajo pendiente, mediante la fórmula de la comisión de servicio sin relevación de funciones. El motivo: la partida de jueces sustitutos está casi agotada y no se puede echar mano de ellos y los jueces de adscripción territorial (JAT) están haciendo ya otros refuerzos.

A la espera de cómo se materialice esta cuestión, la idea no parece del agrado de varios magistrados gallegos consultados por este periódico. "Yo no voy a hacerlo; si multiplico por dos los señalamientos de juicios, quito tiempo para resolver los asuntos y para el trabajo de oficina y, además, se me multiplica por dos todo", dice un juez de Primera Instancia. "Con el trabajo de mi juzgado ya suelo dedicarle también tiempo por las tardes; el día tiene 24 horas, no da para más...", afirma.

Otra magistrada de Primera Instancia insiste en lo mismo. "¿Llevar mi juzgado y reforzar otro? Lo veo inviable con la cantidad de trabajo que tenemos ahora", opina. En idénticos términos se refiere una juez instructora. Explica que en su sala con el paro los asuntos se han "dilatado" en el tiempo. "Tengo que señalar más juicios por delitos leves que antes; estamos celebrando aún ahora vistas de hechos sucedidos en diciembre de 2017", ejemplifica. Otro juez también ve "difícil" asumir más trabajo dada la "sobrecarga" existente. "Quizás haya quien lo haga...; que temporalmente sea asumible hacer un esfuerzo y asumir más trabajo, pero lo cierto es que resulta complicado", concluye.