Carolina Bescansa recordó el martes tras confirmar que se presentaría a las primarias para liderar Podemos Galicia que fue una de las tres personas que registraron ante notario el partido morado en 2014. De ser una de las figuras más importantes del aparato, ha pasado a un segundo plano tras sus divergencias con el líder Pablo Iglesias. Defiende la necesidad de centrar el debate en las ideas sin entrar en las "acusaciones" recibidas de este último o del que será su rival, el diputado coruñés Antón Gómez-Reino, compañero en el grupo confederal Unidos-Podemos del Congreso. "Ser secretaria xeral desde Madrid complica mucho la vida personal, pero los problemas gallegos se resuelven en Galicia, en España y en Europa", reflexiona.

-¿Por qué aspira ahora a liderar Podemos Galicia?

-Porque me lo ha pedido unánime la dirección política de Podemos Galicia y creo que puedo ayudar para echar a los gobiernos de Feijóo de los concellos y de la Xunta.

-¿Cómo afronta la situación del partido, con varias crisis abiertas y problemas de asentamiento en algunas ciudades?

-Como fuerza política casi recién nacida hemos tenido problemas de crecimiento. Le pasa a cualquier organización que está naciendo, pero, con todo, hemos conseguido mucho más de lo que nadie creía en 2014. A veces hay que echar la vista atrás para ver lo mucho que ha cambiado Galicia y el conjunto de España. Eso no quiere decir que no nos quede mucho por hacer. Lo más importante que nos queda por hacer es gobernar y transformar el modelo productivo, hacer la transición energética y modificar el mercado de trabajo para revertir los procesos de precarización. Eso es para lo que la gente no puso aquí.

-Fuentes de la dirección estatal de Podemos deslizaban el martes de forma anónima a Efe que no sabían si usted "quiere presentarse a la Presidencia de la Xunta o hacer política en Madrid desde Galicia". ¿Qué le parece?

-No voy a entrar en ninguna polémica de este tipo y menos con fuentes anónimas. Debemos usar las primarias de Podemos para debatir sobre proyectos.

-¿Esperaba el nivel de desgaste personal y político en el núcleo fundador de Podemos, por ejemplo, entre usted y Pablo Iglesias?

-Podemos y sus aliados logramos 71 diputados en el Congreso, presencia en todos los parlamentos autonómicos y apoyamos a los gobiernos del cambio en alcaldías importantes, incluidas tres de las siete ciudades. La política tiene que ver con cómo se transforma un país. Lo demás es un poco anecdótico y debemos superar esos debates. La gente nos puso aquí para resolver problemas de precariedad, de vivienda, acabar con el flujo migratorio masivo de la gente más preparada, no para discutir sobre nosotros mismos permanentemente. Ese no es el objetivo de Podemos.

-Gómez-Reino le advirtió de que Galicia no era un "plan B ni un retiro dorado" y hubo alusiones de la dirección sobre su intención de concurrir en las autonómicas en Madrid. ¿Es Galicia segundo plato?

-No voy a entrar en ese tipo de acusaciones que son tan negativas no solo para Podemos, sino también para quien las formula. Plantear el debate así le hace un flaco favor al partido y a Galicia. Hay que presentarse a unas primarias cuando se tiene un proyecto y se cree que se puede ayudar. Si me preguntas si yo puedo ayudar a hacer un Podemos más fuerte en Galicia y abrir una nueva etapa, la respuesta es sí.

-¿Es un lastre dirigir el partido teniendo escaño en el Congreso?

-Genera una vida mucho más complicada. Un lastre no sé porque la situación de Galicia se resuelve en Galicia, en España y en Europa. Hay muchos lugares desde donde defender una forma distinta de construir Galicia. Además, voy muchísimo a Santiago y a las Rías Baixas siempre he ido. No es una transformación radical de mi vida.

-Las bases de Podemos quieren presentarse solos o en coalición en las municipales, salvo en lugares con marcas consolidadas, en alusión a las "alcaldías del cambio".

-Todavía queda tiempo para definir una estrategia conjunta y un espacio en que todos nos sintamos cómodos. Dicho esto, el debate debe empezar por las políticas para desde un concello o la Xunta cambiar la vida de la gente no solo sobre fórmulas jurídicas o tipo de alianzas. Si centramos el debate en cuestiones instrumentales estaremos siempre equivocados. Perdernos en discusiones internas sobre cuestiones tácticas, que ni siquiera son estratégicas, es un error.

-¿Qué balance hace de los gobiernos municipales del cambio?

-Debemos estar orgullosos de lo conseguido. Siempre nos gustaría haber hecho las cosas mejor, pero a veces no nos damos cuenta de lo que ha cambiado este país en estos cinco años. Y pensando en los últimos tres años, en alusión a las alcaldías, invito a cualquiera a visitar Santiago y preguntar si las cosas han cambiado o no. Se ha hecho mucho y vamos a hacer mucho más.