La Reunión Extraordinaria de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (Iccat) dejó un sabor agridulce en el sector pesquero español, que esperaba más. La Confederación Española de Pesca (Cepesca) considera que la reunión fue un fracaso dada la incapacidad de las partes contratantes de Iccat para lograr un nuevo acuerdo que revitalice la conservación y ordenación de los túnidos tropicales y, específicamente, del atún patudo.

Cepesca lamenta también el veto de los países asiáticos al proyecto de conservación de tiburones capturados en asociación con pesquerías competencia de Iccat, así como la extensión de la política de aletas adheridas a la que está sujeta la flota comunitaria europea y celebra, no obstante, el plan de gestión para el atún rojo. La patronal española de pesca confía en que las partes contratantes de Iccat respeten las normas y apuesten por una gestión responsable y sostenible.