"Un espectáculo poco edificante". Así definió ayer el alcalde de Santiago, Martiño Noriega, la escenificación de la crisis de En Marea en las últimas tres semanas, con cruces de acusaciones de pucherazo y golpismo y denuncias ante la Guardia Civil y la Fiscalía.

Noriega admitió que el primer partido de la oposición no ha estado "a la altura de las circunstancias", pero pidió a los inscritos participar en las primarias, que arrancaron ayer, para elegir a la nueva dirección del partido instrumental.

El regidor respalda la candidatura encabezada por el exdiputado en el Congreso David Bruzos. Explicó por qué: "Creo que integra mareas municipalistas (...), formaciones políticas que llevan construyendo la unidad popular y que necesitan, de alguna manera, corresponsabilizarse en el espacio".

Las primarias, paralizadas por el Comité de Ética y Garantías de En Marea tras detectar supuestas "irregularidades", se reanudaron ayer después de días en los que los críticos plantearon no concurrir al considerar que las nuevas condiciones de votación podrían favorecer a la candidatura de Villares.

Noriega ve "fundadas" las críticas al cambio de sistema de votación, lo que podría, a su modo de ver, "generar desconfianza". "Pero hay que ser valientes, participar y, en todo caso, auditar que el proceso cumple con todas las garantías. Si no participas, ya no puedes comprobarlo", sentenció.

Por su parte, el secretario xeral de Podemos Galicia, Antón Gómez-Reino, aseveró ayer que el proceso de primarias para renovar la dirección de En Marea, está "viciado" desde la expulsión de tres miembros del Comité Electoral después de ser acusados de supuestas "irregularidades" en el censo. Sin embargo, Gómez-Reino llamó a la participación "pese a todas las dificultades".