Son la nueva generación del rural. Jóvenes ganaderos y agricultores que se dedican al campo y que cuentan en primera persona cómo lidian a diario con los problemas que desde hace años arrastra el sector. Falta de base territorial, la brecha de precios entre Galicia y otras regiones europeas y nacionales, limitaciones tecnológicas, insuficiencia de ayudas... En definitiva, David Botana, Anxo Dono y Alejandro Trazo denuncian la falta de apoyo por parte de la administración a la hora de respaldar las funciones de los productores.

El lácteo gallego vive inmerso en la incertidumbre debido a los bajos precios en origen, a la cola de toda Europa. Los ganaderos gallegos pierden unos 113 millones en un año en comparación con lo que perciben en la media europea, una situación que esperan que no se repita con medidas como el nuevo etiquetado de origen. "Esperamos que en los nuevos contratos de abril se note la repercusión de este tipo de medias y aumente la demanda de leche gallega", confía David Botana, ganadero en Mesía.

La situación actual provoca una sensación de incertidumbre ante el futuro más próximo, marcado por las desigualdades en el sector y el control de la industria. "La administración no se preocupa por nosotros. Hace falta más base territorial, ya que los cultivos ahora mismo tienen que ser rotatorios", comenta Anxo Dono, propietario de una explotación hortícola. Pese a todo, no se arrepienten de haber tomado este camino, y es que: "Una parte amplia da nuestra alimentación proviene del campo, por lo que son necesarias las huertas, ganaderías, invernaderos...", afirma Alejandro Trazo.