Uno de cada cinco ayuntamientos gallegos con plantillas de Policía Local tiene más del 30% de las plazas vacantes. Este déficit se agrava con las vacaciones en los meses de verano, pese a ser la época del año que más requiere de los dispositivos de control y vigilancia debido al aumento de población, y cuando se produce una baja por enfermedad o llega la edad de jubilación. Para tratar de tratar de aliviar el raquitismo en las plantillas de las unidades de seguridad municipales, la Xunta puso en marcha el año pasado el primer proceso selectivo de acceso a las plazas de auxiliares y policías locales. De los 129 concellos que tienen Policía Local, un total de 65 -la mitad- ya han firmado los convenios para delegar en el Ejecutivo autonómico las convocatorias de plazas, según avanzó ayer el director xeral de Emerxencias e Interior, Santiago Villanueva.

En una respuesta parlamentaria al PP, Villanueva destacó que esta iniciativa tiene por objetivo ahorrar gestiones, presupuesto y tiempo a los concellos, al tiempo que se dota al proceso de mayor transparencia y agilidad.

Entre mayo y junio de 2018 se celebraron las pruebas de auxiliares, con 109 plazas ofertadas en 24 concellos. Una vez concluido el proceso y configurada la lista, los aprobados elegirán plaza, tomarán posesión como funcionarios en práctica y empezarán el curso selectivo. En este caso, se convocaron 38 plazas en 23 municipios. Para 2019, el plazo sigue continúa abierto, en tanto que varios ayuntamientos pidieron una prórroga hasta el 28 de febrero para comunicar las plazas a convocar. La previsión de la Xunta es realizar las oposiciones de auxiliares en marzo y las de Policía Local en abril.