La Diputación de Lugo celebró ayer un bronco último pleno previo a su renovación con las elecciones municipales del 26 de mayo. Durante la

sesión, el alcalde de Pol, Lino Rodríguez (PSOE), y el regidor de Becerreá, el exsocialista Manuel Martínez, protagonizaron un cruce de acusaciones con peinetas e insultos incluidos. En la trifulca intentó mediar el presidente de la corporación provincial, Darío Campos, que amenazó a los diputados conecharlos del salón de plenos.

En medio de la bronca, los dos diputados del BNG Xosé Ferreiro y Antonio Veiga abandonaron la sala.